Un cubano en la provincia de Mayabeque se tragó a pedazos un gorrión vivo. El video que circula en las redes sociales muestra al hombre mientras sostiene la pequeña ave en sus manos y de un mordisco le arranca la cabeza, después el cuerpo y por ultimo las patas.
El insólito acontecimiento ocurrió a la vista de varias personas de una comunidad rural en la occidental provincia de Mayabeque. El hombre en cuestión, que dijo llamarse Yordan Aguilera y apodarse “El indeseable”, anunciaba su espectáculo mientras prometía que lo iba a masticar bien y preguntaba a la audiencia entusiasta si lo quería por pedazos o de un solo bocado.
“Este es el abuso, asere”, dijo el hombre antes de arrancar con sus dientes la cabeza de la pequeña ave y luego masticar el cuerpo y las pequeñas patas. Para terminar su show ante las risas de los que lo rodeaban, “El indeseable” tragó unos sorbos de agua para comenzar a digerir el animal.
Según explica el periodista Alberto Arego, quien mostró el video en su página de Facebook, el material originalmente apareció publicado en el perfil de Sonia Oliva con un subtítulo que decía “Cuando no hay pollo en Cuba”, pero la autora terminó eliminándolo de sus redes sociales por motivos desconocidos.
No obstante, algunos medios alcanzaron a ver los comentarios del post antes de que fuera eliminado y relatan que varios usuarios destacaron que el hombre en cuestión presenta problemas mentales desde niño. Asimismo, otras personas se detuvieron solo en la parte morbosa del asunto y en las pésimas condiciones de vida que mantienen los cubanos; mientras que unos pocos fueron mucho más allá y mencionaron la muy reclamada ley de protección animal en Cuba.
El pasado año el gobierno de la Isla emitió un decreto ley que castiga con multas de miles de pesos a las personas que recaigan en infracciones y abusos en contra de los animales. En ese sentido, lo animales domésticos corren con mejor suerte, aunque no están exentos de criminales abusos. Aunque los gorriones no son contemplados como animales de esta naturaleza, su adaptabilidad al medio urbano los hacen visitantes habituales en muchas viviendas.
Una famosa historia de la época colonial Cuba narra como un gorrión que apareció muerto en la capitalina Plaza de Armas terminó siendo escoltado en acto simbólico hasta el Castillo de la Real Fuerza y sus restos después de ser paseados por las calles de La Habana terminaron siendo sepultados nada menos que en el Cementerio de Colón. La curiosa anécdota data de 1869 y en aquellos años, el gorrión sin dudas corrió mejor suerte que el otro devorado en 2022.
