El espía cubano Juan Pablo Roque, ex integrante de la red Avispa, murió esta semana en La Habana a los 70 años, víctima de las secuelas de uno de los virus que azota el país.
Roque se infiltró en la organización humanitaria Hermanos al red y la seguridad del estado lo sacó de Miami antes del derribo de las aviones de esta organización por aviones cubanos.
La ex esposa del agente cubano, la publicista cubanoamericana Ana Margarita Martínez, confirmó la noticia del fallecimiento al periodista Mario Vallejo.
«Lo habían operado a corazón abierto y estaba delicado. Entonces le dio un virus, uno de los que andan por Cuba ahora, y falleció», dijo.
Roque nació en La Habana el 11 de octubre de 1955, se formó como piloto miltar y pidió protección 1992 en la base naval estadounidense de Guantánamo asegurando que había escapado nadando de la isla.
«Su aparente deserción le abrió las puertas del exilio cubano, donde rápidamente se ganó la confianza de sus figuras y organizaciones más prominentes de entonces», recordó Diario de Cuba.
«Con su fachada de desertor, Roque logró infiltrarse en Hermanos al Rescate, la organización humanitaria para la que realizaba vuelos sobre el estrecho de Florida con el objetivo de localizar balseros en peligro salidos de la Isla. Su misión de espiar para el Gobierno cubano culminó abruptamente cuando regresó a Cuba sin previo aviso, justo el día antes del derribo de dos aeronaves de esa organización en aguas internacionales a manos de cazas del régimen de Fidel Castro», añadió la nota.
La publicación señaló que Roque estuvo ligado estrechamente al derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate y trabajó para el FBI como doble agente, pero siempre negó que tuviera algo que ver con la operación que concluyó con el derribo de dos pilotos.
«Sin embargo, evidencias recogidas en la base de datos Represores Cubanos, lo califican como represor «violento», con responsabilidad en el asesinato de los miembros de Hermanos al Rescate. La ficha descriptiva detalla que el también exteniente coronel «avisó a Cuba a través de Gerardo Hernández, de la Red Avispa, sobre los datos de los vuelos de la organización que el Gobierno de Cuba se aprestaba a derribar el 24 de febrero de 1996, y escapó a Cuba», dijo Diario de Cuba.
Las autoridades cubanos han hecho silencio ante la muerte del espía



















