El reguetonero cubano Oniel Bebeshito abrió su corazón en una reciente entrevista con el locutor Enrique Santos en Miami, donde habló por primera vez de lo que significó para él la trágica muerte de su colega y amigo El Taiger. El cantante, cuyo nombre real era José Manuel Carvajal Zaldívar, fue asesinado de un disparo en la cabeza el 3 de octubre de 2024, tras un altercado con Damián Valdés, un supuesto amigo y proveedor de drogas.
La conmoción de Bebeshito es comprensible: apenas dos días antes del crimen, el 1 de octubre, había llegado a Miami para reunirse con su esposa Rachel y su hija recién nacida, Mía. Lo último que esperaba era recibir la noticia de que el artista con el que había compartido amistad, consejos y música, había perdido la vida de manera tan violenta.
“Eso fue algo inesperado que a mí me dolió mucho. Antes de venir para acá [Miami], él era con el que más confianza y amistad yo tenía. Jose me dijo muchas cosas antes de venir, de cómo funcionaba el negocio…”, contó.
El vínculo entre ambos trascendía lo profesional. Además de los éxitos musicales que compartieron (Marca Mandarina y El Punto), existía una cercanía personal que Bebeshito recordó con detalles íntimos durante la conversación. “Yo llego aquí el primero de octubre y él me escribe y me dice: ‘Hermano, no te voy a joder ni nada, disfruta con tu familia, conoce a tu niña y ya cuando termines vamos a ir a comer para que me la presentes’. Y a los dos días, estoy en una gasolinera por la mañana y me entero de la noticia”.
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El golpe fue inmediato y difícil de asimilar. Como muchos, Bebeshito pensó que se trataba de un rumor malintencionado. “Pensaba que era mentira, ¿sabes? Yo dije: ‘Eso es chisme de la gente seguro’. Y le escribo, porque un día antes, por la madrugada, lo había etiquetado en una historia de Instagram: estábamos en el puesto número uno con el tema El Punto. Y él la repostea. Fue su última historia”.
Ese detalle marcó aún más la memoria del cantante, quien no imaginaba que esa interacción sería el último contacto público de su amigo con la música y con sus seguidores. “En ese momento, yo le escribo: ‘Hermano, me están diciendo esto, dime que es mentira’, pero ya no me… ya no me respondió”, recordó.
La pérdida de El Taiger estremeció no solo al género urbano cubano, sino también a la comunidad artística latina en Miami, donde residía y trabajaba desde hacía años. Su repentina muerte dejó un vacío en una generación de músicos que lo veía como un referente, alguien capaz de abrir caminos en la competitiva industria musical estadounidense.
Para Bebeshito, el recuerdo de su colega está marcado por lo inconcluso. No solo quedó pendiente la promesa de presentar a su hija, también los proyectos musicales que habían comenzado a trabajar juntos. Su testimonio deja claro que detrás de las luces y los escenarios, la relación entre ambos tenía un trasfondo humano y fraternal.





