Estas cosas… Only in Dade! ¿Tato, qué cosa es esto mi hermano?
En las calles soleadas de Hialeah, donde la creatividad del cubano se reinventa con cada necesidad, un Nissan Altima se convirtió en protagonista involuntario de las redes sociales. El vehículo, modelo estándar para ir al trabajo o salir de compras, fue captado mientras se abría paso con una carga más propia de un camión de mudanzas: un butacón, un box spring, un colchón y una bicicleta, todo perfectamente amarrado al maletero semiabierto del sedán.
El video fue subido por el usuario Saúl Manuel con el escueto pie de foto “Hialeah🇨🇺”, una combinación de geolocalización y ADN cultural que lo decía todo. No tardaron en llegar los comentarios, entre la risa cómplice y la resignación típica del que sabe que ese tipo de invento es marca registrada. “Lo que se ve ahí no se ve en otro lugar”, apuntó Wendy Corrales, mientras otro usuario lanzaba con ironía: “A que son cubano”.
En cuestión de horas, la publicación se llenó de respuestas. Algunos lo vieron como una muestra de ahorro —“Ahorrándose el U-Haul”—, otros bromearon sobre las posibles circunstancias —“Divorciado”, “División de bienes”—, pero la mayoría coincidía en que se trataba de algo “muy original”, como lo resumió Lidia Echevarría entre risas digitales.
No es la primera vez que un acto cotidiano como una mudanza adquiere dimensión viral en el sur de la Florida. Pero este caso en particular condensa una esencia: la capacidad de un supuesto cubano emigrado de resolver sin recursos lo que otros encargarían a una empresa.
Y es que en el Altima de Hialeah no solo cabían muebles: también iba a cuestas una forma de ser que desafía las reglas del manual y que, incluso en territorio ajeno, se da maña para sobrevivir con humor, cuerdas y fe en que “de que cabe, cabe”.
La escena podría haber pasado desapercibida, pero fue justamente su naturalidad lo que la hizo inolvidable. Porque en ese vehículo sobrecargado, más que una mudanza, iba rodando una historia colectiva: la de un pueblo que, sin importar dónde viva, sigue amarrando el futuro como puede, aunque sea al maletero de un carro.





