Mientras las redes sociales se inundan de condolencias y dolor por la muerte de una niña y sus padres en un derrumbe en La Habana Vieja, los medios oficiales cubanos han optado por el silencio. Hasta este lunes, ni Granma, ni Cubadebate, ni Tribuna de La Habana han reportado el trágico suceso ocurrido el 12 de julio en Monte número 722, entre Rastro y Carmen, pese a la evidencia de que tres personas perdieron la vida, incluida una menor de solo siete años.
La niña fue identificada como Alejandra Cotilla, según confirmó el Centro Loyola Reina, del que ella y sus padres formaban parte. En un mensaje publicado en redes, la institución lamentó profundamente la pérdida y describió a Alejandra como “una pequeña con una extraordinaria vocación para las artes plásticas”, recordada por su entusiasmo, seguridad y talento.
El texto, que ha circulado ampliamente entre usuarios cubanos en Facebook, denuncia además la raíz estructural del problema: “Oramos al Padre para que cambien las estructuras que hacen que miles de cubanos tengan que arriesgar su vida viviendo en casas en mal estado”, como bien recogió el periodista Alberto Arego.
Paradójicamente, mientras los internautas y medios independientes reportaban este lamentable suceso, la prensa oficial se limitaba a informar sobre un único fallecido —Roberto Álvarez Castillo, de 60 años— en un derrumbe distinto, ocurrido en la calle San Bernardino, en Santos Suárez, municipio de Diez de Octubre. No hubo mención al colapso en Monte ni a la muerte de Alejandra y su familia.
¿Cuál es la diferencia en el tratamiento informativo en ambos sucesos? Pues esta: el fallecido en Santos Suárez era un transeúnte que circulaba casualmente por el inmueble cuando este se desmoronó. En el caso de la familia de La Habana Vieja, eran tres personas que vivían en el inmueble desplomado.
La periodista independiente Luz Escobar fue una de las primeras en señalar la omisión, alertando que si alguien se informa solo por los canales oficiales, ni siquiera sabría que tres personas, incluida una niña, han muerto aplastadas por un techo.
“Como toda Cuba… la prensa… y sus actores están esclavizados y secuestrados”, escribió otro internauta indignado.
Este nuevo derrumbe y el silencio institucional reavivan el debate sobre la negligencia del régimen ante el deterioro del fondo habitacional en La Habana. A la par, crecen las críticas por priorizar hoteles y “polo turístico” mientras familias enteras continúan muriendo bajo escombros en derrumbes «avisados», en lamentables hechos que bien pudieron evitarse.
