Unas quince familias, alrededor de cincuenta personas, pasaron la madrugada del lunes en la acera, rodeadas de sus pertenencias y sin un lugar seguro donde dormir. Los funcionarios municipales que se acercaron al lugar les informaron que no había sitio disponible para reubicarlos de manera inmediata, lo que dejó a los afectados a la intemperie, sin comida ni agua, y con la incertidumbre de no saber a dónde ir.
¿Cuál es la diferencia en el tratamiento informativo en ambos sucesos? Pues esta: el fallecido en Santos Suárez era un transeúnte que circulaba casualmente por el inmueble cuando este se desmoronó. En el caso de la familia de La Habana Vieja, eran tres personas que vivían en el inmueble desplomado.
De acuerdo con medios locales, los hermanos Espaillat son investigados por presunto homicidio voluntario, a raíz del derrumbe que provocó la muerte de al menos 236 personas, entre ellas el reconocido merenguero dominicano Rubby Pérez, quien ofrecía un concierto al momento del colapso.