El exceso de velocidad y la pérdida del control del vehículo fueron las causas del trágico accidente masivo ocurrido el pasado domingo 6 de julio en el municipio de Majagua, provincia de Ciego de Ávila, que cobró la vida de cuatro personas y dejó más de 30 heridos, varios de ellos en estado crítico.
Así lo confirmó este lunes el periódico Granma, citando declaraciones de la teniente coronel Niurka Valdés Figueroa, jefa de Investigación Criminal del MININT en la provincia. El vehículo involucrado, un camión Renault con matrícula B-236623 perteneciente a la Empresa de Recursos Hidráulicos, sobrepasó el límite de velocidad permitido y terminó volcado en una curva de la zona conocida como Río Grande.
Desmintiendo rumores que circularon en redes sociales, Valdés Figueroa precisó que el conductor no se encontraba bajo los efectos del alcohol en el momento del siniestro, conforme a los resultados de las pruebas médicas realizadas tras el accidente.
No obstante, testigos sobrevivientes coinciden en que el chofer ignoró múltiples advertencias por parte de los pasajeros que, minutos antes del vuelco, le pedían que redujera la velocidad.
“Desde atrás le tocaban la ventanilla, pero no hizo caso”, relató uno de ellos al escritor Guillermo Rodríguez Sánchez, quien también reveló un dato estremecedor: el primero de los fallecidos fue el propio hijo del conductor.
Guillermo en un post publicado en su perfil de Facebook, adjuntó un video del momento del sepelio de tres de los jóvenes.
“Gente tan humilde, tan compartidora de lo poquito que tiene, despidiendo a dos niños, una niña y un joven en medio de un dolor que no tiene nombre”, escribió Rodríguez Sánchez.
En otra publicación, pidió ayuda para conseguir sangre O- para uno de los menores que se encuentra en estado crítico.
Los fallecidos han sido identificados como Maikol Dayán Torres González (13 años), Daniel Sarmiento Domínguez (16), Lian Poso Duane (14) y Yordanis Fernández Garrido (23), este último fallecido en el hospital de Morón.
La tragedia ha sumido en el luto al poblado de Vicente, donde se celebraron los sepelios. Las redes sociales se han inundado de publicaciones relacionadas con este suceso.


En ellas, el clamor por justicia y la indignación ante lo ocurrido se mezclan con muestras de dolor.
Algunos usuarios piden cárcel para el conductor, en caso de sobrevivir, mientras otros, sin dejar de señalar su imprudencia, destacan la tragedia personal que supone haber perdido a su propio hijo por una decisión errada al volante.
Actualmente, ocho pacientes permanecen hospitalizados: cuatro en estado crítico, dos graves y dos bajo cuidado intensivo. La comunidad ha respondido con una ola de solidaridad, movilizándose para donar sangre y apoyar a las familias afectadas.
A pesar del deterioro vial que afecta a gran parte del país, muchos señalan que el exceso de velocidad sigue siendo una de las principales causas de accidentes de tráfico en Cuba. “En Cuba el 99% de los accidentes son por velocidad. Sabemos cómo están las carreteras. Si aun así corres, ya no es ignorancia: es irresponsabilidad”, comentó un usuario en redes.
El dolor colectivo que deja este accidente no solo abre heridas en varias familias, sino que pone nuevamente sobre la mesa el debate urgente sobre la seguridad vial, el control de los transportistas estatales y el límite de lo evitable.
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