Lo que ocurre en Krome con este cubano parece ser una forma de castigo institucionalizado. Denuncian que ICE y el Departamento de Seguridad Nacional han endurecido las políticas migratorias, lo que ha saturado los centros de detención y degradado aún más las condiciones de vida.
Las protestas frente al Centro de Detención Krome, en el oeste de Miami-Dade, se han vuelto cada vez más visibles. Este fin de semana, decenas de manifestantes exigieron la abolición de ICE y el cierre del centro, sosteniendo pancartas con frases como “Abolish ICE” y “American Gestapo”. Las denuncias por hacinamiento, negligencia médica y tratos inhumanos han tomado fuerza tras las muertes de dos migrantes bajo custodia, lo que ha convertido al centro Krome en un símbolo del colapso del sistema migratorio estadounidense. Uno de los migrantes, es de origen hondureño, según reseña Univisión. Ahora su madre, busca respuestas.
Uno de los casos más alarmantes, de los que aún están dentros y vivos, es el del cubano Octavio Pérez Rodríguez, de 36 años, detenido desde el 25 de febrero tras acudir a una cita migratoria con la esperanza de avanzar en su solicitud de residencia bajo la Ley de Ajuste Cubano. Pensó que era un paso más hacia la legalidad, pero en lugar de eso, fue arrestado. Desde entonces, permanece encerrado en Krome, sin atención médica, sin comida suficiente y durmiendo en el piso por la sobrepoblación. Según su esposa, Midalys López Corrales, Octavio ha implorado ser deportado. “Titi, me estoy muriendo, no puedes imaginarte lo que estoy pasando”, le dijo en una llamada telefónica.
Su situación legal es complicada: fue deportado en 2019 y regresó en 2022 junto a su esposa, entrando por la frontera con México. Ese reingreso sin autorización constituye una violación legal que pone cuesta arriba cualquier posibilidad de regularización. Sin embargo, su familia insiste en que ese error no debería justificar las condiciones infrahumanas en las que se encuentra.
“Cometió un error, pero ¿esa es razón para condenarlo a este infierno?”, se pregunta la esposa del cubano, quien ha denunciado públicamente las condiciones del centro migratorio Krome ante medios como Telemundo.
Durante el tiempo que estuvo libre en Estados Unidos, señala Telemundo51, Octavio trabajó como camionero, cumplió con los requisitos legales, renovó su permiso laboral y trató de rehacer su vida. Su arresto, inesperado y repentino, lo ha dejado en un limbo migratorio del que no parece haber salida.
Sin embargo, lo que ocurrió con Octavio Pérez Rodríguez plantea serias preguntas sobre inconsistencias en el sistema migratorio estadounidense. Legalmente, una persona que ha sido deportada no puede volver a ingresar a EE.UU. sin un permiso especial de reingreso, y hacerlo sin ese permiso constituye una violación grave, penalizada con nuevas órdenes de deportación y, en muchos casos, con prohibiciones permanentes para reentrar. Este hecho, sugiere que su caso – presuntamente – no tendrá una respuesta positiva. Incluso, en el caso que su esposa se ha ciudadana norteamericana y decidiese reclamarlo, su situación legal sería muy, pero muy compleja.
Sin embargo, el hecho de que Octavio haya sido admitido en 2022 tras cruzar la frontera —pese a haber sido deportado en 2019— sugiere un posible fallo en los controles migratorios o una falta de seguimiento por parte de las autoridades. Si fue admitido por error, entonces estaríamos ante un caso de negligencia o defecto de procedimiento por parte de CBP (Customs and Border Protection).
Este tipo de situaciones no son nuevas. Ha habido múltiples reportes donde migrantes previamente deportados han logrado reingresar al país y permanecer por meses o incluso años antes de ser detenidos nuevamente. Esto puede deberse a falta de recursos, saturación del sistema o errores en la base de datos de antecedentes migratorios.
En el caso de Octavio, él no solo fue admitido, sino que además logró solicitar un permiso de trabajo y presentó la solicitud I-485 para ajustar su estatus migratorio, lo cual también debió haber disparado alertas en el sistema. Todo esto indica que el sistema le permitió avanzar en un proceso migratorio, aunque técnicamente no debió haber sido elegible para ello.
Aunque parece haber habido una falla de procedimiento, todo ahora se revierte violentamente en su contra. La paradoja es que durante dos años, este cubano fue “legal” a los ojos del sistema, y solo cuando acudió voluntariamente a su cita migratoria fue detenido, para ser posteriormente enviado a Krome.
noticia relacionada: Protestas frente a Krome piden abolición de ICE y la llaman “American Gestapo”





