El humorista e influencer cubano José Mesa, conocido por el entrañable personaje de “Yoyi” en los sketches de la actriz Aly Sánchez, compartió con sus seguidores un emotivo balance de su vida en Estados Unidos. A través de una publicación en Instagram, Mesa recordó los sacrificios de su llegada hace una década y celebró los logros que hoy llenan de orgullo tanto a él como a su familia.
“Hace 10 años llegué a Estados Unidos con lo único que tenía: una bola llena de sueños, mis títulos, unas fotos viejas y la esperanza de construir una vida nueva”, escribió el creador, quien se ha ganado un espacio propio en la escena digital cubana. Con palabras cargadas de nostalgia, reconoció que los primeros tiempos no fueron fáciles. Hubo, dijo, “noches interminables de estudio, horas y horas sin descanso para alcanzar mis metas académicas, y días de trabajo hasta el cansancio de 8 pm a 8 am. Ahí aprendí que el café desvela para no rendirme jamás”.
Ese esfuerzo, que combinaba largas jornadas laborales con el reto de adaptarse a un nuevo país, poco a poco comenzó a dar frutos. Primero llegó la residencia permanente, luego la compra de una casa junto a su pareja Maikel -“que ha sido mi sostén todo este tiempo”- y más tarde una segunda vivienda, símbolo de estabilidad y constancia. “Con fe y constancia los sueños se hacen tangibles”, afirmó.
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Otro hito que Mesa celebró fue la ciudadanía estadounidense, un paso que consideró clave en su proceso de integración y que le permitió cumplir anhelos personales como adquirir “el auto de mis sueños”. Pero más allá de los bienes materiales, para el humorista las verdaderas bendiciones han sido familiares: poder reunirse con su madre y su abuela en suelo norteamericano, abrazarlas sin la distancia de por medio, y compartir el día a día con su hermana y sus sobrinos.
A esos reencuentros se suma también la posibilidad de viajar y conocer el mundo, algo que años atrás parecía imposible. “Jamás imaginé que también podría recorrer el mundo, conocer países y lugares que parecían inalcanzables, y descubrir que los sueños no tienen fronteras cuando se trabaja con amor y disciplina”, comentó con gratitud.
En su mensaje, Mesa también destacó un regalo inesperado: el cariño del público. “Y a todo esto se suma algo que nunca pedí, pero que la vida me regaló: el cariño de un público que me abraza, me acompaña y camina conmigo en cada paso. Cabecita arriba, Yoyi”, escribió, usando la frase que lo ha identificado en sus apariciones humorísticas.
El cierre de su publicación resume la mezcla de nostalgia y orgullo que atraviesa su relato: “Hoy, mirando atrás, veo que el camino no fue fácil, pero cada lágrima, cada desvelo y cada esfuerzo valieron la pena. Porque de aquella maleta con sueños nació una vida llena de logros, bendiciones y gratitud”.
