A medio siglo de subirse por primera vez a un escenario, Eduardo Antonio se prepara para celebrar su trayectoria artística con un concierto especial que promete ser una noche inolvidable. El próximo 9 de agosto, el Flamingo Theater Bar de Miami abrirá sus puertas para rendir homenaje a una figura que ha marcado a generaciones dentro y fuera de Cuba: el querido Divo de Placetas.
Entre los saludos que ha recibido el cantante en los días previos al evento, uno tiene un peso simbólico especial. El legendario presentador chileno Don Francisco le envió un emotivo mensaje, cargado de cariño y gratitud. “Eduardo Antonio, El Divo de Placetas, está cumpliendo 50 años de actividad artística y lo está celebrando por todo lo alto en una gala”, dijo.
“Yo, que lo conozco desde hace tantos años, por supuesto que le mando un saludo, me disculpo por no poder ir a esa fiesta, pero de todas maneras a la distancia celebro con El Divo de Placetas. Muchas felicidades”, dijo el conductor de “Sábado Gigante”.
Las palabras no son solo un gesto de cortesía. Don Francisco fue una figura clave en la internacionalización del artista cubano. No solo lo acogió en su emblemático programa, sino que fue allí donde le puso ese sobrenombre que ya es marca registrada: El Divo de Placetas.
Desde entonces, Eduardo Antonio ha sabido cultivar una carrera sostenida, reinventándose, abriendo caminos, y manteniéndose vigente en un medio que no perdona la pausa.
El concierto en Miami, ciudad donde reside desde hace años, será mucho más que una presentación musical. Es el reencuentro del artista con su gente, con su comunidad, con el público cubano y latino que lo ha acompañado a lo largo de cinco décadas. Y también, una manera de decir: aquí estoy, más fuerte y más auténtico.
Al homenaje también se han sumado otras figuras del espectáculo. La actriz mexicana Arleth Terán y el actor uruguayo Federico Díaz expresaron públicamente su admiración por el artista. Este último lo definió como “un ícono de la comunidad cubana de Miami y de todos los latinos”, destacando especialmente su constancia y su talento inquebrantable.
Con su estilo inconfundible, Eduardo Antonio ha transitado por la música, el teatro, la televisión y hasta por las portadas del mundo del entretenimiento. Pero más allá de los escenarios, ha sido también una presencia constante en la vida emocional de muchos cubanos de la isla y del exilio. Con su voz y su presencia, ha tejido vínculos que cruzan fronteras, generaciones y sensibilidades.
