En el noreste de Italia, en la tranquila localidad de Arsiè, provincia de Belluno, un perro llamado Cuba se ha ganado un lugar especial entre los héroes de cuatro patas que salvan vidas en el agua. Según reportó el diario italiano Il Gazzettino, este labrador forma parte del equipo de canes de rescate que, junto a voluntarios de la Guardia Costiera de Venecia, han evitado tragedias en las aguas del Véneto.
Cuba no trabaja solo. Lo acompañan Achille, otro labrador, y Larissa, un terranova. Los tres integran la Asociación Asd “Lifeguard Dog”, con sede en Caupo Seren del Grappa, presidida por Maurizio Spanio, ex guardia costera auxiliar. La organización, afiliada a la Acsi, entrena a sus animales en una piscina especialmente construida para perros y en escenarios reales como el lago de Arsiè, donde los ejercicios son tan exigentes como las misiones que cumplen en la vida real.
El medio italiano detalla que el entrenamiento incluye el rescate de personas en riesgo de ahogarse, el transporte a la orilla con salvavidas, el arrastre de varios bañistas a la vez mediante una cuerda flotante, e incluso el traslado de víctimas inconscientes en una camilla acuática. Cada práctica se realiza junto a un guía humano, reforzando la coordinación y la confianza mutua.
Estas jornadas, que se repiten dos o tres veces al año, también sirven como preparación para los exámenes que acreditan a los perros con el primer nivel del brevetto deportivo Lifeguard Dog, un reconocimiento que formaliza su capacidad para actuar en situaciones de emergencia.
Para la asociación, el trabajo de estos animales no es solo técnico. La convivencia en el agua fortalece el vínculo con sus dueños y desarrolla habilidades que, en casos extremos, pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. “Prevenir es mejor que curar”, recuerdan los organizadores, subrayando que incluso los perros de menor tamaño pueden aprender nociones de rescate, aunque las intervenciones reales suelen estar reservadas a ejemplares de más de 25 kilos.
En Italia, un perro llamado Cuba ya es sinónimo de seguridad en las aguas. Y aunque su nombre pueda evocar una isla lejana, en el lago de Arsiè significa, sencillamente, esperanza para quien necesite ser rescatado.





