Un tiroteo sacudió la mañana del miércoles 24 de septiembre las instalaciones de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el noroeste de Dallas. Según las autoridades, un hombre abrió fuego desde un edificio adyacente —a distancia y en posición elevada— contra el área operativa del complejo cuando se realizaban movimientos de custodia.
La versión preliminar, confirmada por fuentes federales y medios locales, señala que tres personas bajo custodia resultaron baleadas; dos murieron y una tercera permanece hospitalizada. El presunto tirador se quitó la vida de un disparo. Ningún agente de ICE resultó herido, señaló el reporte de la agencia Reuters.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, informó que hubo “múltiples heridos y víctimas mortales” y confirmó que el atacante murió por una herida autoinfligida, sin ofrecer por ahora detalles sobre el móvil.
La investigación, a cargo de la policía de Dallas y de agencias federales, se centra en reconstruir la trayectoria de los disparos y el posible uso de un arma de largo alcance desde la azotea o un piso alto del inmueble contiguo. Reuters y la Associated Press reportaron que los disparos comenzaron alrededor de las 6:40 a.m. hora local, lo que obligó a un amplio despliegue policial y a cortes de tráfico cerca de la I-35E, en las inmediaciones del aeropuerto Love Field.
A media mañana, un portavoz de ICE indicó a la cadena local de NBC que las tres víctimas alcanzadas por las balas eran personas detenidas, lo que coincide con versiones de prensa que hablan de un ataque dirigido al sector de ingreso y salida de custodia (sally port). La cadena Fox 4, citando a la policía de Dallas, precisó que dos de los heridos fueron trasladados a un hospital y un tercero fue declarado muerto en el lugar; posteriormente, las autoridades actualizaron el balance a dos fallecidos entre los detenidos.
El episodio ocurre en un contexto de creciente tensión alrededor de centros y oficinas de inmigración. El pasado 4 de julio, un grupo armado atacó el centro de detención de Prairieland, en Alvarado (Texas), donde un oficial local recibió un disparo en el cuello; al menos 10 sospechosos fueron acusados por ese ataque, señaló ICE en un comunicado. Aunque los hechos de hoy son distintos —un presunto francotirador desde un edificio vecino—, las autoridades federales han alertado de un aumento de amenazas contra instalaciones y personal de ICE en los últimos meses.
Hasta ahora no hay indicios públicos sobre la identidad del atacante ni sobre si actuó solo, señaló The Guardian. Tampoco hay confirmación oficial del motivo. La secretaria Noem y la Casa Blanca han condenado el ataque y prometido “tolerancia cero” frente a la violencia contra agentes y dependencias federales, mientras se anuncia una rueda de prensa para ampliar detalles. En tanto, el perímetro del edificio de ICE en North Stemmons Freeway permanecía acordonado mientras peritos recogían casquillos y revisaban cámaras de seguridad.
