Esta operación no sólo significa una victoria en la lucha de Surinam contra la trata de personas sino que también subraya el papel indispensable de la vigilancia comunitaria y la cooperación internacional para erradicar violaciones tan profundas de los derechos humanos.
En los últimos tiempos, se ha incrementado la preocupación por el alarmante aumento de casos de trata sexual, con un enfoque especial en las víctimas cubanas.