El programa EB-3 es beneficioso tanto para las empresas, que obtienen empleados trabajadores y potencialmente a largo plazo, como para los inmigrantes, que obtienen la oportunidad de trabajar, vivir y eventualmente convertirse en ciudadanos de los Estados Unidos.
Esta decisión representa un revés significativo para los cubanos que buscan regularizar su estatus migratorio en los Estados Unidos, pues implica que los cubanos con I-220A no son elegibles para solicitar la residencia permanente o la green card a través de la Ley de Ajuste Cubano.