La polémica sigue rodeando al productor italiano Roberto Ferrante, dueño de la disquera Planet Records, y a varios artistas cubanos del género urbano que no forman parte del catálogo de la compañía.
Este incidente pone de manifiesto la importancia de la documentación y los registros en la industria musical, especialmente en contextos donde la digitalización llegó tarde. La capacidad de Ferrante para proporcionar pruebas físicas de las colaboraciones de Abreu con Planet Records subraya la necesidad de claridad y precisión en las declaraciones públicas de los artistas sobre su historial profesional.
Las declaraciones hablaron de temas tan fuertes como "No son los artistas los que firman" o "Muchos de los artistas contratados a lo largo de los años se han hecho millonarios"