Este llamado de los obispos católicos de Cuba es un recordatorio de la grave situación que enfrenta el país y de la necesidad de un enfoque compasivo y solidario para superar estos desafíos. La comunidad internacional, así como los ciudadanos cubanos, tanto en la isla como en el extranjero, tienen un papel crucial que desempeñar en la búsqueda de soluciones duraderas para la crisis que enfrenta Cuba.
Los religiosos señalaron que “estamos probablemente en la crisis más grave de los últimos decenios. Las carencias de alimentos y medicinas han alcanzado niveles nunca antes vistos entre nosotros”.