La revelación de un stripper australiano no solo desmitifica la idea de que las despedidas de soltera son inofensivas, sino que también expone un comportamiento que a menudo permanece oculto tras las risas y el champán. ¿La lección? Tal vez la confianza ciega no sea siempre la mejor aliada.
Normalmente suegra y nuera se llevan como el perro y el gato. No se mezclan, como si fueran aceite y vinagre; pero ya el hecho de que las dos sean mujeres, le imprime a esta historia un poco de absurdo. ¿Cómo una mujer le va a pedir a otra que se deje ser traicionada?
A esta investigadora, ¡no hay marido que se le resista!
¡Contrátenla! Sin dudas es muchísimo más barata que un detective privado. Esta mujer asegura que...