Ucrania quiere garantías que Estados Unidos no ofrece; Rusia exige concesiones imposibles de aceptar para Kyiv. La guerra sigue su curso, mientras las negociaciones parecen más una puesta en escena que un verdadero esfuerzo por la paz. Y en medio, la población civil continúa pagando el precio más alto.
La prohibición, que entró en vigencia el miércoles, prohíbe que las entidades gubernamentales estatales y locales usen drones chinos, lo que hace que las agencias luchen por encontrar fondos para reemplazarlos de la nueva lista 'aprobada' del estado.