Hace siete años, la vida de la joven cubana Mailén Díaz Almaguer cambió radicalmente tras convertirse en la única sobreviviente del accidente aéreo en el que un Boeing 737, operado por la aerolínea mexicana Global Air y arrendado por Cubana de Aviación.
Junto con los familiares de otra de las víctimas, Maylén Díaz Almaguer, acusaba a la compañía Global Air, la operadora mexicana que arrendó la nave a Cubana de Aviación, por presunta responsabilidad en el fatal suceso que acabó con la vida de 112 personas.
Los demandantes alegan que la tripulación de la nave “no contaba con la formación adecuada para responder de forma eficiente” a una emergencia de este tipo y mantiene que la aeronave “no se encontraba en estado de ser operada con seguridad”.