Este caso subraya los peligros del exceso de velocidad y la conducción bajo los efectos del alcohol, un recordatorio trágico de cómo estas decisiones pueden cambiar vidas en un instante.
Marino Luzardo cuestionó los llamados a resistir que hace habitualmente el gobierno cubano y se preguntó cuál es el propósito de todo el sacrifico que ha hecho el pueblo durante décadas.