En la Cuba de hoy, despedir a un ser querido se ha convertido en un proceso marcado por la angustia y la impotencia. Esta realidad, cruel y desgarradora, es un recordatorio de que, en la isla, ni siquiera en la muerte se encuentra la paz. La necesidad de cambios profundos y urgentes es palpable, no solo para restaurar la dignidad en la vida de los cubanos, sino también en la muerte.
Contrario a lo que se creía, la mujer sí llegó a ver el cuerpo y la cara del canadiense que le enviaron desde Cuba, pero en la morgue le dijeron que ese cambio era normal.
la familia ha pedido privacidad y respeto durante este difícil momento, y ha expresado su esperanza de que su experiencia sirva para mejorar los procesos y evitar que otras familias sufran situaciones similares.
El olfato agudo del perro fue crucial para el descubrimiento, lo que demuestra una vez más la capacidad de los perros para detectar olores específicos, incluidos los de los cadáveres.