El panorama cubano es desolador. Con una agricultura devastada, un turismo en caída libre y una economía sin rumbo, la población sigue sufriendo las consecuencias de una gestión ineficiente y carente de soluciones reales. Mientras el régimen insiste en buscar aliados en el BRICS y culpar a las sanciones de EE.UU., los cubanos enfrentan día a día una crisis que se ha vuelto estructural y sin señales de recuperación.
La experiencia de Leonel Otero Cudeiro pone de manifiesto las dificultades que enfrentan los campesinos cubanos: escasez de recursos, falta de apoyo estatal y desafíos económicos que limitan su capacidad para producir alimentos y sostener a sus comunidades.
Los datos revelan una paradoja significativa: mientras el Estado mantiene la propiedad mayoritaria de la tierra, el sector privado emerge como el único motor productivo. Los números son contundentes: el sector privado genera el 92% de las frutas, el 87% de los cítricos y el 82% del plátano y las viandas.
Se trata de un nuevo capítulo en el que los funcionarios del gobierno cubano se niegan a rendir cuentas antes la prensa que el mismo gobierno controla.