En pocas jornadas, la nación ha visto partir a profesionales que representaban décadas de experiencia y entrega. Sus muertes, más allá del dolor inmediato, dejan interrogantes sobre la capacidad de las instituciones para suplir vacíos humanos y profesionales en un contexto ya marcado por la migración y la falta de personal especializado. Este fin de semana, el luto no fue solo de familias y amigos: fue un duelo colectivo para la pedagogía, la medicina y la academia cubanas.
Si esta fase resulta satisfactoria, se planifican siguientes etapas enfocadas en niños de entre 2 y 7 años con anodontia congénita (ausencia de seis o más dientes desde el nacimiento), condición que afecta aproximadamente al 0,1% de la población. El objetivo final es que este fármaco esté disponible para un uso más amplio en 2030, siempre que todos los ensayos clínicos posteriores confirmen tanto su eficacia como su perfil de seguridad, indica JStories.
Abby fue diagnosticada a finales de 2024 con leucemia linfoblástica aguda de células B (B-ALL), un tipo de cáncer infantil reconocido como el más común, pero también uno de los que mayor progreso médico ha logrado: las tasas de supervivencia a cinco años superan hoy el 90 % gracias a terapias secuenciales y fármacos dirigidos. El aislamiento, aunque doloroso, es parte crucial del protocolo cuando los neutrófilos bajan de 500 células/mm³.
Este nuevo contratiempo ocurre luego de que en junio compartiera públicamente su diagnóstico de cáncer de mama en una fase temprana, y tras someterse a una mastectomía seguida de reconstrucción en junio.
El texto concluye que la campaña contra las brigadas médicas busca castigar a Cuba por su modelo social y por demostrar que la salud puede tratarse como un derecho humano y no como una mercancía. Frente a ello, afirma que la solidaridad médica cubana no debería ser objeto de difamación, sino un ejemplo a seguir.
Occhiuto había insistido desde el inicio que los médicos cubanos contratados a través de un acuerdo con la empresa estatal cubana CSMC recibían íntegramente el salario prometido por las autoridades italianas; pero al comprobarse que no, dimitió.
Mientras tanto, en Cuba ya se registran cinco casos críticos de dengue, aunque no se ha esclarecido ninguna muerte reciente por esta causa. En este entorno epidemiológico complejo, la población exige claridad y una gestión pública que no solo diga lo que sucede, sino que lo muestre con verdad y resultados concretos.
El hospital, que esta semana fue escenario de una celebración institucional en honor a los doctores Luis Alberto Corona Martínez y Mercedes Fonseca Hernández por su “destacada labor”, también ha sido el foco de una denuncia viral que deja al descubierto el estado de abandono en que se encuentra el sistema de salud.
Hoy Náthaly recibe controles médicos periódicos, protege su salud frente a una posible recaída y se prepara para reconectar con su vida cotidiana en Estados Unidos. Pero su historia sigue siendo un símbolo poderoso del valor del activismo: sin él, sin esa presión desde lo civil y mediático, habría muerto.
El Dr. Hugo Romeu, de 70 años, fue condenado por falsificar documentos para encubrir la venta de Viagra falso importado desde Hong Kong. La Junta Médica de Florida le revocó la licencia tras años de antecedentes cuestionables.
En un país donde hablar de salud mental sigue siendo tabú en muchos entornos, estas tragedias reabren una conversación que no puede seguir postergándose. Hoy, cientos de personas lloran a dos jóvenes que se fueron demasiado pronto, en circunstancias que nadie logra entender del todo, pero que muchos coinciden en llamar por su nombre: devastación.
El joven matancero Evelio Joel Hernández Martínez, de 28 años, donó uno de sus riñones a su madre, Misleivy Martínez Zulueta, una trabajadora social...
El caso cubano expone un contraste alarmante: mientras se exportan médicos como bandera de solidaridad internacional, dentro de Cuba la población enfrenta una escasez dramática de medicinas y servicios básicos. El endurecimiento de las sanciones por parte de Estados Unidos agrava una crisis que no se resolverá sin un cambio profundo en la estrategia de ambos lados. Sin medicinas en el territorio nacional, el prestigio global del sistema sanitario cubano suena cada vez más hueco, y la salud de millones está en juego.
La imagen de Miguel en Instagram puso rostro humano al cansancio, al dolor y al orgullo profesional. No lo hizo por fama: lo hizo para que no pase inadvertido su deseo más sencillo: ser reconocido por un nombre. En su llanto hay una petición de humanidad. Y en la respuesta colectiva, un eco de agradecimiento urgente.