Desde que por iniciativa de no sé quién o quiénes se ocurrió proclamar al béisbol en Cuba «Patrimonio Cultural de la Nación» la crisis en este deporte ha continuado agudizándose y el último «tributo» a ese decreto se concretó este domingo con la eliminación de Cuba de la fase preliminar del llamado torneo «Premier 12».
Nuevamente los cubanos aficionados al deporte nacional en la isla se levantaron de madrugada y los que tenían luz sufrieron con la derrota de la selección cubana 7×6 ante Japón (que no era el Japón ganador del último Clásico Mundial) y al perder además con República Dominicana, y Corea del Sur previamente, vieron frustradas sus aspiraciones de avanzar a la llamada Super Ronda como era el propósito.
De poco sirvió contar con el pinareño Liván Moinelo, 28 años, del club Softbank en la Liga profesional nipona y Guante de Oro en la última temporada. De acuerdo a la prensa nipona, Moinelo negó tener gripe y reconoció dolores abdominales. De todas maneras no se sentía bien pero pidió estar presto para actuar de relevo de ser necesario, tras fracasar ante Corea en la jornada anterior cuando permitió seis carreras en la segunda entrada incluido un jonrón con las bases llenas
El vueltabajero tampoco tuvo suerte esta vez al entrar en la sexta entrada, y en la octava además, mandó para el hospital al jardinero Ryosuke Tatsumi del club Rakuten, por pelotazo a 147 kilómetros en el codo derecho, cuando el juego estaba empatado y sin outs. En ese inning el «Team Samurai» anotaría la carrera que decidió el ameno partido por fly de sacrificio del infielder Kurihara su colega en el Softbank.
Moinelo reveló a la prensa nipona antes del juego que tenía síntomas similares a los de la gastroenteritis y que había perdido alrededor de 4 kg de peso pero que ya no tenía fiebre. Lamentablemente no llegó en buena forma a Taiwán desde Japón el pitcher cubano tras haber ganado uno de los Guantes de Oro de la Liga del Pacífico, donde ganó 11 juegos y tuvo la mejor efectividad entre los serpentineros con efectividad de 1.88. Llegó a Taiwán tras lanzar 163 entradas.
El próximo partido, ya de puro trámite, será contra Taipei de China que aseguró su pase a la Super Ronda junto a los del Sol Naciente.
Mientras vuelven los lamentos y las críticas hacia el equipo nacional, el cuestionamiento del por qué Cuba vuelve a ser asignada a una llave eliminatoria en casa de las quimbambas, donde además el grupo en Taipei parece superior en nivel al disputado en México donde clasificaron Venezuela y Estados Unidos.
Algunos han insinuado que la gira por Asia llevó incluidos contratos de presentación en Corea del Sur que significaron dividendos económicos y la exhibición de peloteros cubanos que podrían actuar en la liga coreana a través de Cubadeportes S.A. Además que sirvieron para que Seúl hiciera propaganda con los dos partidos de su equipo nacional contra Cuba como parte del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Corea del Sur y Cuba, suscritas sorpresivamente el 14 de febrero último.
«Puro trámite» en medio de la exagerada ideologización histórica del sistema deportivo nacional, es lo que parece la categorización del béisbol «Patrimonio Cultural de la Nación», en momentos en que la ocurrencia coincide con el mayor éxodo de peloteros hacia el extranjero, especialmente con hoja de ruta final en la Unión Americana, con escala en República Dominicana sobre todo, sin distingo de edades, muchos de las manos de sus padres. Mientras continúan las erogaciones de los ciudadanos de a pie, los maltrechos ciudadanos de a pie, sosteniendo en medio de sus penurias academias beisboleras gratuitas, de las que no reciben ni una bolsa de leche en polvo de los futuros peloteros millonarios.
Qué atrasados están en Japón que aún no proclaman al béisbol ni al judo ni al sumo «Patrimonio Cultural de la Nación. Qué subdesarrollado Estados Unidos que no ha creado tal decreto siendo inventores de la «pelota», el baloncesto y el fútbol americano. ¿Cómo es posible que Brasil y España no hayan ya atribuido ese título honorífico al fútbol?
Los cubanos fuimos los primeros en el mundo en marcar ese hito en la historia deportiva mundial, a pesar de los apagones, la libreta de desabastecimiento, la falta de elecciones presidenciales, y de otras libertades. Y a pesar del bloqueo.