Diversos perfiles oficialistas cubanos en redes sociales han compartido como nuevo el caso de Annalie Torna Marrero, una bebé que fue operada de un teratoma, un tumor de tejidos extraños que no es frecuente en niños pequeños, en 2022.
Según el post publicado originalmente por el perfil de Javier Gutiérrez en Facebook, asociado al Ministerio del Interior, el “proceder quirúrgico de alto riesgo”, “nunca antes realizado en Cuba”, se habría realizado hace “15 días”.
La nota, replicada incluso por el perfil de la Misión Médica Cubana en Venezuela, no se molestó en aclarar que la riesgosa cirugía, que se hacía entonces por primer vez en Cuba, tuvo lugar hace dos años en el Hospital Pediátrico José Luis Miranda, de Villa Clara.
La cirugía, que acaparó titulares en medios de prensa estatales e independientes, fue realizado con la asesoría del doctor Eugenio Selman-Housein, profesor y director del Hospital Pediátrico William Soler de La Habana, quien viajó desde la capital a Santa Clara para estar presente durante la operación.
Curiosamente, la nota sobre este hito de la medicina cubana salió a la luz este martes pocas horas después de que se conociera que la administración de Donald Trump impondrá más restricciones de visa a funcionarios de Cuba y otros países que tengan que ver con la explotación de mano de obra cubana, en especial en misiones médicas en el exterior.
“El gobierno de Estados Unidos manipula una vez más las esencias de la cooperación médica internacional que por más de 60 años lleva adelante Cuba. Ninguna campaña imperialista hará que abandonemos la noble y altruista labor de nuestros colaboradores”, fue la respuesta publicada por el ministro cubano de Salud, José Ángel Portal Miranda, sobre una política ampliada que se aplicará a “funcionarios actuales o anteriores del gobierno cubano, y a otras personas, incluidos los funcionarios de gobiernos extranjeros”.
Por otro lado, el caso de la pequeña Annelie, que ha marcado un hito médico en la isla, pese a las precarias condiciones y la falta de personal y de todo tipo de insumo que enfrentan los hospitales, contrasta con el del niño Damir Ortiz, cuya madre pasó meses demandando la atención de las autoridades de Salud de la isla.
Después de una amplia difusión en redes sociales y la prensa independiente, e incluso de llegar a los medios extranjeros, la situación de Damir, quien sufre Neurofibromatosis plexiforme tipo 1, una rara enfermedad que hace aparecer tumores en su cuerpo, fue trasladado a mediados de febrero al Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana bajo la custodia de agentes de la Seguridad del Estado.
Pese a que, ante una fuerte presión social, el gobierno pasó a atender al menor de 10 años en una sala de Atención Médica Internacional, donde mismo trata a extranjeros que pueden costearlo, la comunidad cubana continúa presionando a la Embajada de Estados Unidos en Cuba para que Damir, quien además presenta Leucemia Aguda y cuyo estado es cada vez más crítico, pueda recibir una visa humanitaria que le permita ser atendido fuera de la isla.
