El jueves por la noche, el rooftop Zona De Cuba, sobre el histórico Bronx General Post Office, bajó definitivamente la música tras más de seis años de servicio.
La despedida reunió a clientes fieles, antiguos empleados y al propio alcalde de Nueva York, Eric Adams, quien acudió a reconocer el papel del restaurante como punto de encuentro del barrio y amigo personal de su propietario, Fernando Mateo. El cierre se produjo para despejar el camino a una ampliación del campus de Hostos Community College que ocupará buena parte del emblemático edificio del Grand Concourse, señala Bronx Times.
La decisión se encuadra en un proyecto público anunciado esta semana: la ciudad y CUNY habilitarán allí un centro de ciencias de la vida con laboratorios, aulas y espacios para estudiantes y docentes, una inversión apalancada por fondos municipales y estatales que, según la oficina del alcalde, ancla el plan de reconversión del inmueble.
En suma, el cierre no responde a una caída abrupta de demanda, sino a una reconfiguración urbana mayor: la llegada de un centro académico al corazón del Grand Concourse. Para muchos comensales, el lamento es doble: se va un restaurante y, con él, un pedazo de identidad barrial que durante seis años convirtió un edificio casi vacío en un oasis tropical sobre el Bronx.
En el plano inmobiliario, la salida de Zona De Cuba coincide con el movimiento de fondo del activo: el Bronx General Post Office cambió de manos en julio, cuando Maddd Equities anunció su compra por 44 millones de dólares. Aunque el USPS seguirá operando, el resto del inmueble entra en una etapa de obras que, de acuerdo con el cronograma municipal, habilitará aulas y laboratorios para Hostos en los próximos años. En ese contexto, personal del restaurante explicó al Bronx Times que el cierre fue una decisión preemptiva y voluntaria para facilitar el arranque del proyecto académico.
El adiós de Zona De Cuba se suma a una secuencia de pérdidas de sabor isleño en Nueva York. En Corona, Queens, el histórico Rincón Criollo —considerado por la crítica como uno de los mejores cubanos de la ciudad— cerró su local en 2023 tras casi medio siglo por el doble golpe de la pandemia y los costos crecientes; la familia trasladó el proyecto a Garden City (Long Island) y dejó atrás una dirección que fue sinónimo de arroz con frijoles para generaciones. La referencia no es casual: ambos espacios, con nombre y carta de acento cubano, funcionaron como lugares de reunión además de restaurantes.
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Más allá de «esa frontera» recientemente se reportó también el cierre de Café Cuba, uno de los locales más emblemáticos de la ciudad de Palmerston North en Nueva Zelanda. Posteriormente se anunció que el restaurante reabriría, aunque con una nueva administración.





