La niña cubana Brianna Charlette Blanco salió del quirófano en Valencia este jueves 27 de noviembre convertida, por fin, en una paciente operada y no solo en un caso urgente pendiente de milagro. Minutos después de las 10:30 de la mañana, hora de España, la madre de la menor, Yanaris Charlette, confirmó a este medio que los cirujanos “lo quitaron todo” en referencia al tumor que desde hace años le deformaba la lengua y le comprometía la respiración y la deglución.
Según contó la madre en un intercambio de mensajes, Brianna fue sometida a una intervención compleja en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, donde el equipo del cirujano Pedro Cavadas había programado la cirugía para este jueves a las 7:30 de la mañana, tras su llegada a España con visa humanitaria y gracias a una intensa campaña de recaudación y apoyo ciudadano.
Durante el procedimiento, precisaron realizarle una traqueotomía para asegurar la vía aérea, una maniobra habitual en cirugías de esta magnitud en la zona del cuello. “Le hicieron traqueotomía… mañana le van a cerrar la traqueotomía”, explicó Yanaris, aún dentro del hospital, mientras el personal médico mantenía a la niña en observación posoperatoria.
El dato crucial, el que cambia el curso de esta historia, llegó en un mensaje breve: “Lo quitaron todo”. Durante años, Brianna ha vivido con un quiste tirogloso con trayecto fistuloso que afectaba lengua y garganta, sometida a tres cirugías fallidas en Cuba, donde los especialistas terminaron por reconocer que el país no contaba con los recursos ni la tecnología para abordar el caso con la precisión requerida. Ese dictamen forzó a su madre a hacer lo que muchas familias cubanas se han visto obligadas a hacer en los últimos tiempos: exponer públicamente el drama, pedir ayuda, depender de donaciones, contactos y visados para buscar fuera lo que la salud pública nacional ya no puede ofrecer.
La operación de este jueves cierra un capítulo, pero no la historia completa. Brianna deberá permanecer varios días ingresada en el centro médico y afrontar el proceso de cierre de la traqueotomía, la vigilancia ante posibles complicaciones y una rehabilitación paulatina de la voz, la deglución y la respiración. Sin embargo, el punto de inflexión ya ocurrió: el tumor que amenazaba con asfixiarle el futuro ha sido removido.
Detrás del parte escueto de una madre exhausta —“Ya están operando a la niña… ya terminaron… lo quitaron todo”— queda la cadena de solidaridad que la trajo hasta aquí: activistas como Lara Crofs y Saily González, la comunidad que reunió fondos, las casas que acogieron a madre e hija, y un sistema sanitario español que asumió el reto que Cuba declaró imposible. Hoy, por primera vez en mucho tiempo, la historia de Brianna se puede contar en tiempo presente de alivio.
