Murió Raúl Castillo Jiménez, uno de los diseñadores de moda más populares de Cuba, por su carismática personalidad y perenne sonrisa que siempre estaba a flor de labios para animar sus entornos.
Desde que en 1981 se iniciara en este mundo del diseño, con apenas 22 años de edad, como parte del colectivo de la Empresa de confecciones Juveniles de La Habana, buscó promocionar principalmente tendencias del vestir entre la juventud cubana, creando en 1983 su conocido grupo Avances, con el cual realizó numerosas presentaciones en pasarelas de la isla y en múltiples espacios de la televisión, sobre todo en la década de los noventa.
Muchos recordarán sus apariciones en programas conducidos por Carlos Otero, como Los domingos no están contados, de frecuencia matutina dominical, donde sus desfiles eran casi sección fija. Así como sus contrapunteos con el conductor, que redundaban en un contraste de carismas.
Castillo murió luego de padecer de una diabetes crónica que llevó a la amputación de sus dos piernas, y provocó hace alrededor de un alarmante pedido de ayuda en las redes sociales por parte del locutor Rolando Zaldívar, quien clamó que había sido abandonado a su suerte por las autoridades.
Hoy numerosos cubanos lamentan su deceso. Antiguos compañeros de sus primeras épocas evocaron episodios y vivencias. El también diseñador de moda José Luis González recuerda que se conocieron “en la antigua escuela de diseño del Consejo Nacional de Cultura allá por el 79 u 80. Desde ahí nuestra amistad. Recuerdo sus viajes a la textilera Alquitex, donde yo trabajaba por entonces. Allí fue querido y admirado por todos ¡y qué decir de sus demostraciones improvisadas de baile en el taller con mi equipo de trabajo! Te recordaremos siempre, Castillo, así inquieto, incansable, goloso como un niño”, refirió sentidamente en sus redes sociales.
Otro amigo cercano expresó que “Cuba y el mundo se siente muy triste con la partida del mejor maestro y rey de la moda en Cuba, dejándonos grandísimos recuerdos, de su gran talento, confianza, corazón y humildad; Castillo no se puede definir en una sola palabra” y resaltó sus “millonarios recuerdos de humildad, de amigo, de liderazgo, de confianza, de millones de virtudes”.
Una tercera amiga señaló que “Cuba acaba de perder un talentoso artista, incansable soñador que durante décadas nos regaló su mundo de modas. Descansa en paz, querido amigo Raúl Castillo. Nunca olvidaremos esa sonrisa contagiosa que siempre te acompañaba.”





