El mundo digital cubano amaneció este viernes con una noticia que pocos querían creer: la muerte del influencer y creador de contenido humorístico Ojuay La Bestia, quien había pasado alrededor de una semana hospitalizado tras un accidente que le dejó graves heridas en todo el cuerpo.
Padre de familia y residente en La Habana, Ojuay se había ganado un espacio entre los jóvenes usuarios de redes por su estilo irreverente y su capacidad de arrancar carcajadas en medio de la rutina. Por eso, cuando comenzaron a circular los rumores de su fallecimiento, muchos de sus seguidores pensaron que podía tratarse de una de esas bromas pesadas que suelen viralizarse en internet. Sin embargo, allegados al creador confirmaron la noticia en sus perfiles personales, poniendo fin a cualquier duda.
Un amigo cercano relató a través de TikTok que el influencer se encontraba en estado crítico a raíz de un “terrible accidente” que le provocó “quemaduras muy graves en todo el cuerpo”. La urgencia de su situación movilizó a familiares, vecinos y seguidores, quienes en los últimos días se organizaron en redes sociales para conseguir medicamentos y vendas.
“Tuvo un accidente y sufrió quemaduras graves, los familiares no quieren dinero ni nada, solo que sus seguidores y amigos nos ayuden a conseguir este medicamento en caso de que alguien lo encuentre o se lo pueda hacer llegar a su esposa les dejo el número de ella”, escribió una vecina en un mensaje que se multiplicó rápidamente.
La noticia de su fallecimiento también fue confirmada desde la página de farándula cubana Un Martí To Durako, que mantiene una amplia audiencia entre quienes siguen la vida de los influencers de la isla. “Acabo de hablar con su esposa y desgraciadamente es cierto que falleció”, publicaron, aunque hasta el momento no se han esclarecido con detalle las circunstancias exactas del accidente.
El impacto de su muerte ha dejado un vacío en la comunidad digital cubana, donde Ojuay La Bestia se convirtió en símbolo de creatividad popular y humor callejero trasladado al mundo virtual. Su autenticidad, lejos de los formatos más producidos que dominan otras plataformas, le permitió conectar con un público que lo sentía cercano y real.





