La ciudad de Cárdenas, en la provincia de Matanzas, amaneció nuevamente envuelta en el luto. La muerte de Yuniel, un joven trabajador y padre de familia, víctima del dengue hemorrágico, ha desatado una oleada de dolor e indignación entre los vecinos, quienes denuncian el agravamiento de la situación epidemiológica y la falta de respuesta de las autoridades locales.
Según testimonios recogidos por el comunicador Christian Arbolaez, el joven comenzó a presentar los síntomas característicos de la enfermedad —fiebre alta, dolores corporales y malestar general— y fue trasladado al Hospital Julio Miguel Aristegui Villamil. Sin embargo, el virus avanzó con rapidez. En horas de la tarde-noche, su corazón dejó de latir.
“Con él se rompieron muchas ilusiones”, escribió Arbolaez en su publicación, que rápidamente se viralizó en redes sociales, generando cientos de comentarios y muestras de solidaridad con la familia.
Vecinos del municipio aseguran que la muerte de Yuniel no es un hecho aislado, sino parte de un brote creciente de enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, el chikungunya y el zika, sumado a reportes de hepatitis y Oropouche. “Esto se salió de control”, repiten los residentes, aludiendo al abandono sanitario que afecta a gran parte de la ciudad.
En barrios enteros, la acumulación de basura, los salideros de agua y la escasa fumigación han convertido los charcos en criaderos de mosquitos. La publicación de Arbolaez recoge el sentimiento colectivo: “El dengue no es solo un virus… es un síntoma de algo más grande”. Una frase que muchos han interpretado como una denuncia directa a la crisis estructural del sistema de salud pública cubano y al deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias en las comunidades.
En redes sociales, amigos y familiares de Yuniel expresaron su dolor con mensajes cargados de rabia y tristeza. La prima del joven, Sylce Alfonso, se pronunció: “Sentimos mucho dolor e impotencia. Las palabras no alcanzan para expresar todo lo que se siente con esta pérdida”.
Por su parte, María del Carmen Lamas, otra familiar, responsabilizó al abandono institucional por lo sucedido: “Te fueron negados los sueños por una enfermedad que se pudo haber evitado. Qué tristeza tan grande, niño bello. Descansa en paz”.
La noticia ha generado gran repercusión en la provincia y reavivado el debate sobre la crisis sanitaria que atraviesa Cuba, donde los brotes de dengue hemorrágico se repiten con frecuencia y los recursos médicos resultan insuficientes.
Mientras la comunidad despide a Yuniel con dolor, crece un clamor común: que su muerte no sea una más entre las olvidadas, sino un llamado urgente a la acción y a la responsabilidad institucional.





