En toda Matanzas parece haber dengue. La gente se arriesga a las picaduras de mosquitos, con tal de poder ser los primeros en sacar dinero de los cajeros automáticos.
Existe actualmente una ferocidad que sacude los cimientos de la sociedad cubana, y dos incidentes recientes han puesto de manifiesto la crudeza de este fenómeno en la isla, revelando no solo la brutalidad de los ataques sino también la vulnerabilidad de ciertos grupos y la aparente inacción de las autoridades.
Según relatos de familiares de los sobrevivientes, la embarcación se incendió poco después de salir y los migrantes debieron lanzarse al agua en medio de un fuerte oleaje. Sin embargo, el sobrepeso y las malas condiciones del tiempo pudieron haber jugado un tenebroso papel en esta historia, donde también la ausencia de chalecos salvavidas pudo arrastrar a la muerte a algunos balseros.
Fuertes lluvias, y un deficiente drenaje pluvial, provocaron que la ciudad de Cárdenas, en Matanzas, se convirtiera por momentos en una especie de Venecia...