Un simple live entre dos figuras de la farándula digital cubana terminó convirtiéndose en uno de los momentos más incómodos (y a la vez más graciosos) de la semana. Brayan El Joker y Kuki Delgado, hija de Alexander Delgado, líder de Gente de Zona, compartían una transmisión en directo cuando ocurrió lo impensable: un comentario totalmente fuera de lugar que dejó a ambos entre el asombro, la risa nerviosa y la vergüenza ajena colectiva de quienes lo estaban viendo.
La conversación había comenzado bien. Brayan, fiel a su estilo espontáneo, le comentaba a Kuki lo mucho que la quiere la comunidad cubana en Miami, en especial su propio público, que suele seguir con fervor cada una de sus ocurrencias. El ambiente era relajado, amistoso, de esos intercambios donde la química fluye… hasta que la boca traiciona al cerebro.
Sin medir consecuencias, Brayan soltó una frase que inmediatamente congeló el aire del live: “Y pensar que esa niña salió del r** que todos vimos un día en un video”, dijo, refiriéndose a un antiguo material para adultos que circuló años atrás de manera informal en Cuba. Apenas terminó la oración, su expresión cambió por completo. Se llevó las manos a la cabeza, hizo un gesto de horror y comenzó a disculparse como si estuviera deshaciendo una maldición.
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“Kuki, yo no quería decirle eso, te lo juro”, repetía, visiblemente avergonzado, mientras intentaba rescatar el momento. “Ay, Dios mío, Kuki, olvida que yo dije eso, qué pena”. La propia Kuki parecía no saber cómo reaccionar al principio: abrió los ojos, se llevó la mano a la boca, miró la cámara incrédula… y finalmente soltó una carcajada que terminó contagiando al propio Brayan.
A partir de ahí, lo que pudo convertirse en una situación tensa derivó en un episodio de humor absurdo, del tipo que caracteriza a buena parte de la comedia involuntaria cubana en redes. Brayan intentó justificarse como pudo, apelando a su tradicional mezcla de desparpajo y honestidad brutal: “Mi boca es más rápida que mi cerebro. Hazte la idea de que yo no dije eso. Yo solo lo pensé y lo dije en voz alta, pero no fue lo que quise decir”.
Kuki, que heredó de su padre el carisma para sortear momentos incómodos con gracia, terminó respondiendo entre risas: “Qué asqueroso”, una frase que cerró la escena con el mismo tono ligero que había tenido desde el comienzo, pese a la inesperada metedura de pata.
El fragmento del live corrió como pólvora por Instagram y TikTok, donde los usuarios reaccionaron entre memes, bromas y comentarios que reconocían el atrevimiento involuntario de Brayan y la capacidad de Kuki para tomarse el incidente con humor.
En un ecosistema donde las transmisiones en directo suelen dejar perlas inesperadas, esta quedó marcada como una de las más virales del mes: un recordatorio de que, en redes sociales, un segundo basta para pasar del cariño al caos… y de ahí directo a la risa colectiva.



















