En una noche marcada por la diversidad cultural y la excelencia artística, los coreógrafos Justin Peck y Patricia Delgado fueron reconocidos con el premio Tony 2025 a la Mejor Coreografía, gracias a su deslumbrante trabajo en el musical Buena Vista Social Club, una producción que ha llevado el alma de la música cubana directamente al corazón de Broadway, señala Play Bill.
La dupla artística, que también comparte la vida personal, logró fusionar estilos contemporáneos con el sabor rítmico del son cubano, el bolero y la rumba, en una propuesta escénica que no solo celebró la música, sino también el movimiento como vehículo de memoria e identidad. Para Patricia Delgado, nacida en Miami e hija de exiliados cubanos, este galardón tuvo un significado profundo. En su discurso de aceptación, visiblemente emocionada, agradeció a su familia “por el sacrificio” y dedicó el premio a su hija Lucía, “nuestra luz para siempre”.
Para Justin Peck, esta es su tercera estatuilla Tony, pero la primera compartida con Delgado. Ambos colaboraron anteriormente en proyectos coreográficos y ahora consolidan su sociedad artística con este reconocimiento, en una obra que ha sido calificada como una de las más destacadas de la temporada teatral 2024-2025.
Buena Vista Social Club debutó oficialmente en Broadway en marzo de 2025, tras una exitosa etapa en el off-Broadway. Dirigido por Saheem Ali, con libreto de Marco Ramírez, el musical revive la historia del legendario álbum homónimo de 1997, que reunió a varios de los músicos más emblemáticos de la Cuba pre-revolucionaria. Pero esta versión no se contenta con la nostalgia: su enfoque escénico es vibrante, moderno y profundamente emocional, con una coreografía que refleja tanto la vitalidad de los ritmos cubanos como la tensión de las historias personales que los sostienen.
Delgado explicó en entrevistas recientes que el proceso creativo implicó “mezclar técnicas de danza afrocubana, clásica y contemporánea”, adaptadas al perfil de un elenco diverso, muchos de ellos con formación en múltiples estilos. “Queríamos que cada movimiento dijera algo, que no fuera solo baile, sino historia”, expresó.
Peck, por su parte, confesó que el reto mayor fue capturar la espontaneidad de la música cubana y traducirla a la rigidez del escenario sin perder autenticidad. “Estuvimos en La Habana, en Santiago, en Nueva York, estudiando cómo se mueve la gente. Hay una manera de caminar, de cargar el ritmo en el cuerpo, que queríamos honrar sin caricaturizar”, comentó.
El musical fue también uno de los más premiados de la noche, ganando en otras categorías técnicas como diseño de sonido y orquestaciones. Especialmente aplaudido fue el reconocimiento otorgado a la banda en vivo, elemento central en una obra donde la música y el baile no pueden concebirse por separado.
La lista completa de ganadores fue publicada por la revista Vogue.
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