Durante varios días, el nombre de Juliette Valle estuvo en boca de todos, pero ella no decía nada. Mientras el pódcast De La Vida se veía sacudido por una decisión interna que terminó convertida en escándalo público, la influencer optó por observar desde fuera. En un ecosistema donde el ruido suele imponerse, eligió el silencio. Hasta ahora.
La respuesta de Juliette no llegó en forma de descargo ni de acusación. Llegó como una postal serena desde Miami: una foto sobre un bote, vestida de blanco, rostro relajado y una sonrisa que parecía hablar por sí sola. El texto que acompañó la imagen terminó de definir el tono. “Gracias a cada uno de ustedes por el apoyo, por los mensajes, por estar, incluso cuando no todo es perfecto”, escribió.
Luego dejó una frase que muchos interpretaron como cierre definitivo: “Hoy entiendo que no todo lo que se termina es una pérdida, muchas veces es una lección. Y saber que ustedes están ahí, hace que todo valga más la pena, cada día conozco más la hermosa comunidad que tengo. Esto no es un final, es un comienzo. Este año se cerrará con gratitud, con conciencia y con el corazón más claro, lista para venir renovada, más fuerte y más enfocada. En paz con dios y mis santos”.
La publicación superó decenas de miles de “me gusta” en pocas horas y activó una ola de comentarios cargados de afecto y complicidad. Ese mensaje marcó el primer pronunciamiento público de Juliette tras la decisión de La Flaca Verónica de sacarla del pódcast, una medida tomada después de la ruptura sentimental entre ambas. La noticia cayó como un balde de agua fría entre los seguidores del programa y provocó una avalancha de críticas en redes sociales. Las palabras que más se repetían eran “injusto” y “poco profesional”.
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En medio de la tormenta, Miguelín, creador del proyecto y del canal “Las locuras de Miguelín”, salió al frente. Reconoció que se cometieron errores en la gestión del conflicto y fue aún más lejos al admitir que, si la situación no logra resolverse, “De La Vida” podría incluso desaparecer. Una declaración que dejó claro el nivel de fractura interna que atraviesa el equipo.
Por su parte, La Flaca Verónica explicó públicamente que la decisión estuvo atravesada por razones personales. Según contó, la dinámica con su expareja terminó afectando el funcionamiento del pódcast. “Cada vez que discutíamos, yo faltaba al pódcast”, reconoció, y definió la determinación como “dolorosa pero necesaria”. Sin embargo, sus palabras no lograron revertir el malestar de una audiencia que ya había tomado partido.
Juliette, en cambio, eligió otro registro. En lugar de responder a esas explicaciones o entrar en una guerra de versiones, apostó por un mensaje introspectivo y espiritual. Para muchos de sus seguidores, esa postura terminó de sellar la narrativa: en vez de quedar atrapada en la polémica, salió con una imagen reforzada, acompañada por una comunidad que la ve más auténtica y más fuerte.
El futuro de “De La Vida” sigue siendo una incógnita. No hay confirmación de si el pódcast retomará grabaciones con normalidad en enero ni bajo qué condiciones lo haría. Lo que sí parece claro es que, para Juliette, este cierre no se vive como una derrota, sino como un punto de inflexión.


















