Lamentablemente, Zoila Esther Chávez, madre del preso político cubano José Gabriel Barrenechea, falleció el pasado domingo 4 de mayo sin poder volver a ver a su hijo por última vez.
Quizás lo más cruel de esta historia es que Barrenechea, encarcelado desde noviembre de 2024 bajo acusaciones de desorden público por protestar contra los apagones, solo pudo ver a su madre una vez fallecida, víctima de un cáncer terminal de vejiga.
Según el periodista Mario Pentón: “Barrenechea fue conducido brevemente al velorio en Encrucijada, Villa Clara, donde estuvo hora y media. Diversas organizaciones condenaron esta decisión como un acto inhumano y un reflejo de la degradación del sistema judicial en Cuba”.
A través de testimonios recogidos por Cubanet de familiares del periodista encarcelado, Barrenechea fue trasladado al lugar en ambulancia alrededor de las 4:30 de la mañana. Al arribar, se le retiraron las esposas durante el tiempo que estuvo presenta, a la par que iba custodiado por cuatro guardias. Entre los de verde olivo se encontraba el director del penal que hacía unos días le había denegado al cubano la posibilidad de visitar a su madre.
“Gabriel estaba muy triste por no haber podido pasar los últimos meses de vida de su mamá con ella, por no haber podido ni siquiera despedirse de ella en vida”, relató una de las fuentes consultadas.
“Pudimos abrazarlo y hablar con él, pero cosas elementales sobre los últimos días de su mamá y sus necesidades en prisión porque lo vigilaban de cerca todo el tiempo, como si fuera un asesino o un capo. Todo era muy raro; hubo agentes de la Seguridad (del Estado) por doquier, vestidos de civil, y patrullas dando vueltas”, explicó otro familiar.
Barrenechea solo pudo permanecer en el velorio hasta las 6 de la mañana, momento en que fue devuelto a prisión, entre las “lágrimas” y el “dolor” de los presentes, a la espera de un juicio aún sin fecha. Sin embargo, la vigilancia en el lugar se mantuvo hasta las 11 de la mañana.
“Hasta pusieron una guagua para el traslado de las personas al cementerio. Eso nunca se había visto. Todo fue muy extraño, parece que estaban tratando de evitar que se formara alguna protesta o algo así. Pero la familia estaba sumida en el dolor de la pérdida”, agregó la fuente.
Zoila Esther Chávez Pérez falleció a los 84 años, tras casi dos semanas en cama debido a un cáncer de vejiga con metástasis en la uretra y los riñones. Hasta el final, destinó las pocas fuerzas que le quedaban a preguntar por su hijo a los familiares que la acompañaban por turnos.
Todavía resuena en redes el video de la octogenaria cubana suplicando ver a su hijo una vez más, mientras abundan los mensajes de “Prohibido olvidar” en cada publicación relacionada con el caso.
