El niño que murió en la tarde de este lunes tras ser succionado por un tragante de aguas pluviales en la intersección de Vía Blanca y Villanueva, en el municipio de Habana Vieja, durante las inundaciones provocadas por fuertes lluvias, ha sido identificado como Jonathan Oliva, según reportes en redes sociales.
De acuerdo con lo informado poco después de la una de la tarde del martes por Lázaro Manuel Alonso, periodista de la Televisión Cubana, ya fue recuperado el cuerpo del menor, de 13 años, que residía cerca del Parque de Fábrica, en calle Fábrica entre Herrera y Santa Felicia, en Luyanó, municipio de Diez de Octubre.
Antes de que apareciera el cuerpo del niño, el oficialista Canal Caribe afirmó que las autoridades estaban en contacto con los padres de un menor que se había ausentado de su hogar la víspera, pero no habló de su identidad.
Alonso recordó que desde el lunes fuerzas del Cuerpo de Bomberos de Cuba, Rescate y Salvamento, la Policía, Recursos Hidráulicos y las autoridades de la capital habían iniciado la búsqueda de la víctima, cuyos padres ya han sido notificados del triste hallazgo.
La página La Tijera y el grupo Ciudad de Matanzas en Fotos, ambos de Facebook, habían publicado que Jonathan, que no estaba acompañado cuando ocurrió el terrible hecho, era cariñosamente llamado “Diente de Perro” y “Papito”.
Asimismo, se supo que el niño iba de la escuela a su casa en el momento en que cayó en una alcantarilla completamente tapada por el agua, como recogió de manera fortuita alguien que grababa la inundación en un video difundido en redes.
El investigador cubano Julio César González Pagés, coordinador general de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, confirmó que Jonathan, un niño que vivía en las inmediaciones del Parque de Fábrica, era el menor que “regresaba de su escuela” cuando “la lluvia lo atrapó en una zona que se inunda históricamente”: “las inmediaciones de Concha, Vía Blanca y Villanueva”.
González Pagés explicó que conoce a los padres del niño. De hecho, dijo, el accidente ocurrió “muy cerca del Hospital Miguel Enríquez (La Benéfica), donde labora su papá, un médico fisioterapeuta que ayudó en la rehabilitación de un hermano después de un accidente”.
“Sus padres son personas que cuidaban de su hijo y el accidente siempre puede ser prevenido, pero hay situaciones que desbordan cualquier aviso. Mis más sentidas condolencias con la familia de ‘Papito’, que era el seudónimo con el que llamaban a este buen niño que se convirtió en luz muy temprano. Mi corazón roto en este amanecer”, escribió González Pagés también en Facebook.
Hasta altas horas de la noche del lunes brigadas especializadas continuaban buscando el cuerpo del menor, que se creía que podría haber ido a parar a las aguas de la Bahía de La Habana.
La versión oficial aseguró que el niño, “que transitaba solo por esa zona inundada tras las fuertes lluvias, sin acompañamiento de algún mayor y contrario a los avisos emitidos durante la jornada y en días previos por la Defensa Civil y el Instituto de Meteorología, no se percató de la presencia de una alcantarilla, que con la fuerza del agua lo succionó”.
