El huracán Francine tocó tierra en la costa de Louisiana el miércoles por la tarde como un peligroso huracán categoría 2, dejando a más de 250,000 residentes sin electricidad y desatando temores de inundaciones generalizadas en la región.
El huracán, que azotó a Louisiana con vientos sostenidos de hasta 155 km/h, impactó directamente en la parroquia de Terrebonne, a unos 50 kilómetros al suroeste de Morgan City, según informó el Centro Nacional de Huracanes.
Las autoridades locales, incluidos los bomberos de Morgan City, describieron las condiciones como extremadamente peligrosas. El jefe de bomberos, Alvin Cockerham, informó que la tormenta había inundado rápidamente las calles, derribado líneas eléctricas y quebrado ramas de árboles.
«Es un poco peor de lo que esperaba, para ser honesto», comentó Cockerham. «He retirado todos los camiones a la estación. Es demasiado peligroso estar ahí fuera», dijo, en declaraciones recogidas por la agencia AP.
Afortunadamente, hasta el momento no se han reportado víctimas mortales o heridos graves, pero los daños materiales son considerables, con árboles caídos, postes de electricidad tambaleándose y calles sumergidas por las intensas lluvias y la marejada ciclónica.
Los medios locales mostraron imágenes dramáticas de las comunidades costeras donde el agua, proveniente de lagos, ríos y el propio Golfo de México, desbordaba los muros de contención y anegaba las ciudades.
Uno de los efectos más inmediatos de Francine ha sido la interrupción del suministro eléctrico en toda la región. Se registraron más de 261,000 hogares y negocios sin energía eléctrica en el sureste de Louisiana, de acuerdo con el portal poweroutage.us. La mayoría de los cortes se concentraron en las parroquias costeras cercanas al punto de impacto del huracán, pero también afectaron áreas más alejadas del litoral.
En Morgan City, Laura Leftwich, residente de la zona, describió una escena aterradora desde su casa, donde se resguardaba junto a su familia. «Es un poco aterrador», dijo Leftwich, quien perdió varias estructuras en su patio debido a las ráfagas de viento.
«Si la tormenta hubiera sido más intensa, no creo que hubiera tenido el valor de asomarme», declaró el hombre en el reporte anteriormente citado.
El gobernador de Louisiana, Jeff Landry, activó a la Guardia Nacional para que ayudara en las áreas más afectadas, proporcionando alimentos, agua y vehículos de rescate. Alrededor de 400 vehículos de alta capacidad, 100 botes y 50 helicópteros fueron movilizados para asistir en posibles operaciones de búsqueda y rescate, en caso de que la situación se agravara.
Francine es la sexta tormenta nombrada en la temporada de huracanes del Atlántico y se fortaleció al alcanzar las aguas excepcionalmente cálidas del Golfo de México.
A medida que avanzaba hacia la costa, los vientos de Francine superaron los 155 km/h, lo que la convirtió en un huracán de categoría 2. Sin embargo, tras tocar tierra, la tormenta comenzó a debilitarse rápidamente. Tres horas después, sus vientos máximos sostenidos habían disminuido a 120 km/h, y se desplazaba hacia el noreste a una velocidad de 28 km/h.
A pesar de su debilitamiento, el Centro Nacional de Huracanes advirtió a los residentes que permanecieran resguardados, ya que los riesgos de inundaciones y tornados continuaban siendo elevados.
El recorrido proyectado de la tormenta incluía a Nueva Orleans, una ciudad especialmente vulnerable a las inundaciones, donde se preveía que el ojo de la tormenta pasara en las próximas horas.
En una de las autopistas de la ciudad, las autoridades policiales le dejaron un mensaje de advertencia a Jim Cantore, el reportero que le gusta jugarse la vida «cazando» huracanes.
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AP señala en su nota que el presidente Joe Biden aprobó una declaración de emergencia para facilitar la entrega de fondos federales y asistencia en Louisiana. Tanto el gobernador Landry como su homólogo de Mississippi, Tate Reeves, declararon estados de emergencia en sus respectivos territorios. En Mississippi, la Agencia de Gestión de Emergencias distribuyó más de 100,000 sacos de arena y ordenó el cierre de varias escuelas.
Así lucía ayer el famoso Bourbon Street, en New Orleans.
En los próximos días, se espera que Francine continúe su avance hacia el norte, afectando a estados como Mississippi, Alabama, Tennessee y Georgia con fuertes lluvias. Se estima que algunas áreas recibirán hasta 30 centímetros de precipitaciones, lo que plantea una seria amenaza de inundaciones repentinas en ciudades como Jackson, Birmingham, Memphis y Atlanta, que tienen varios ríos cercanos, propensos a inundaciones.
Francine es solo el último de una larga serie de huracanes que han azotado Louisiana, un estado que ha sufrido el impacto de 57 tormentas importantes desde mediados del siglo XIX, según The Weather Channel.





