La historia de Amanda Lemus Ortiz, la niña cubana cuyo caso sensibilizó a miles dentro y fuera del país por una severa patología hepática, sigue siendo sinónimo de esperanza: su recuperación avanza y su entorno celebra cada pequeño logro.
En una actualización difundida por la activista Yamilka Lafita, conocida en redes como Lara Crofs y cercana a la familia, se informó que la menor “está bien” y que podría incorporarse a la escuela en breve, un hito clave tras meses de terapias y rehabilitación en España.
El mensaje añade que los especialistas han identificado en Amanda un trastorno del lenguaje, un diagnóstico habitual en niños que han atravesado procesos clínicos prolongados. Aunque todavía no se comunica con fluidez, los médicos confían en que, con acompañamiento y constancia, irá ganando terreno.
“Amanda tiene el comportamiento de una niña de un año. (…) En todo lo demás, sin embargo, está muy bien, alegre, curiosa y llena de vida”, se lee en la publicación, que subraya además su acceso a Atención Temprana, un programa diseñado para estimular el desarrollo cognitivo, motor y emocional en la primera infancia.
Los avances son visibles: ha crecido, canta con frecuencia, ya puede bajarse sola de la cama y mantiene un ánimo radiante que contagia a quienes la acompañan. “Tiene una forma de sonreír y de mirar el mundo especial, la habita una fuerza silenciosa que inspira a todos los que la rodean aún en la distancia”, agregó Crofs, quien aprovechó para agradecer la preocupación sostenida y el apoyo global que aún recibe la familia.
La comunidad cubana ha seguido el caso desde que la madre de Amanda pidió ayuda en redes para conseguir el trasplante que en Cuba no estaba disponible con la urgencia requerida. Gracias a una movilización ciudadana y a la atención del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, la niña recibió un trasplante de hígado en marzo de 2024; desde entonces, su evolución ha sido motivo de aliento para muchos.
Hoy, con la vista puesta en su primera experiencia escolar, Amanda encarna la resiliencia de la infancia cubana y la fuerza de una red solidaria que, unida, logró sortear trabas y salvar una vida. “Dios te bendiga, chiquita bella”, concluye el mensaje. “Sin dudas sigues siendo un halo de esperanza para esta tierra que te vio nacer”.





