Si alguna vez te preguntaste cuánto podría costar una cena romántica entre celebridades, aquí va la respuesta: alrededor de 400 dólares. Sí, así como lo lees. Eso fue lo que se gastaron Taylor Swift y su novio, el jugador de la NFL Travis Kelce, en una velada nada discreta en el restaurante Harry’s, en West Palm Beach.
La cita, que pretendía ser íntima y tranquila, acabó volviéndose viral gracias a comensales que no pudieron resistirse a fotografiar al dúo más famoso del momento compartiendo una mesa a media luz.
A pesar de que intentaron pasar desapercibidos, su presencia encendió las redes sociales como si se tratara de una entrega de premios.


Y es que no fue cualquier cena. Según testigos y publicaciones en Instagram, Swift pidió un cóctel llamado “Malena”, una mezcla de maracuyá, vainilla, vodka y burbujas. Kelce, por su parte, se inclinó por el “Purple Rain”, a base de gin Hendrick’s, té verde y cítricos.
Pero lo que realmente disparó la cuenta fueron los platos. La pareja compartió una ensalada de endivias, una hamburguesa de carne añejada, cacio e pepe, risotto de langosta, Dover sole, filete wagyu, broccolini y puré de papas. Vamos, que cenaron como si no existiera el colesterol ni el precio del marisco.
El restaurante Harry’s ya era conocido entre los sibaritas del sur de la Florida, pero ahora se ha convertido en punto de peregrinación para los fans que quieren sentarse donde lo hicieron Tay-Tay y su galán campeón del Super Bowl.
¿La razón de su visita a West Palm Beach? Kelce está rentando una propiedad valorada en $20 millones en Boca Ratón, cerca de su gimnasio habitual. Swift también ha sido vista con él en el exclusivo Royal Palm Yacht & Country Club.
Así que ya sabes: si algún día ves que en el restaurante hay langosta, wagyu y celebridades, prepárate. Porque el que puede… puede. Y el que no… lo lamenta.
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