La bellísima Candace Cameron Bure, 49 años de edad, conocida por su trabajo en “Full House” y “Fuller House”, retiró de su cuenta de Instagram una imagen de su día de playa tras quedar literalmente sepultada por comentarios negativos sobre su cuerpo; un fenómeno conocido como «body shaming», y a quienes lo practican como «body shamers». Al parecer la actriz no sabía cómo limitar los comentarios y optó por la desesperada: borrar la foto que había subido horas antes.
La actriz explicó luego que la publicación —una foto en traje de baño, en realidad un enterizo— no pretendía abrir un debate sobre su apariencia, pero el hilo se convirtió en un alud de mensajes críticos y decidió eliminarla: “no valía la pena”, dijo en historias y respuestas a fans, recogen Fox News y E! Online.
Medios de entretenimiento que monitorean su actividad en redes detallaron que la imagen fue subida a comienzos de septiembre, cuando Bure, de 49 años, compartía postales del final del verano. Horas después, ante el giro del comentario público hacia su figura, optó por desaparecer la foto.
“No era sobre el traje ni sobre mi cuerpo; los comentarios se transformaron en charla interminable sobre mi cuerpo”, recogieron TMZ y otros portales, citando el descargo de la actriz.
La prensa estadounidense ha enmarcado el episodio en una conversación más amplia sobre salud mental y presión estética. Tanto Entertainment Weekly como el New York Post recordaron que Bure ha hablado en entrevistas y podcasts de inseguridades persistentes, del escrutinio que arrastra desde la adolescencia en televisión y de una etapa pasada de bulimia; afirma que no repite las conductas, pero que los pensamientos desordenados no desaparecen de un día para otro.
El caso volvió a exponer la dinámica tóxica de ciertos hilos en Instagram: una foto que pretendía celebrar un momento familiar termina siendo campo de batalla para el “body shaming”. En su cobertura, Fox News subrayó que Bure no cuestionó la imagen en sí, sino el clima del debate, y que decidió retirarla para cortar la espiral de agresiones. E! Online y otros medios coincidieron en que el intercambio se descontroló en cuestión de horas.
Fuera de la anécdota puntual, el episodio suma a una lista reciente de figuras públicas que retiran publicaciones por hostigamiento, y reabre la pregunta por los límites de la conversación digital: hasta dónde moderar, cuándo borrar y si es posible mantener un espacio “seguro” en plataformas que privilegian el engagement por encima del bienestar de sus usuarios. En Noruega, el diario VG recogió las mismas declaraciones de la actriz —“no valía la pena”— y apuntó a la brecha entre la intención de quien publica y la lectura que impone la audiencia cuando la foto involucra el cuerpo. La decisión de Bure de retirar la imagen, más que censura, fue para ella una forma de autocuidado.
En lo inmediato, Bure continúa activa en redes, pero con una advertencia implícita: el verano puede haber terminado; la vigilancia sobre los cuerpos, no.





