Enfermedades como la obesidad y la diabetes, así como otras afecciones crónicas, son condiciones médicas por las que podría negarse una solicitud de visa para entrar a Estados Unidos, según nuevas directrices emitidas por el Departamento de Estado.
La normativa, dada a conocer el pasado 5 de noviembre, se enmarca en el plan de la administración de Donald Trump para frenar el ingreso de personas que podrían convertirse en una “carga pública” por problemas de salud o de edad.
Según reportó la cadena CBS, el Departamento de Estado envió un memorando a sus funcionarios consulares para que se revise el historial médico de los solicitantes de visa en las embajadas de Estados Unidos no solo en cuanto a enfermedades transmisibles como la tuberculosis y antecedentes de vacunación, sino también en lo que tiene que ver con enfermedades crónicas.
La nueva medida se centra en padecimientos cardiovasculares y respiratorios, la diabetes o la obesidad, que podrían requerir atención médica costosa a largo plazo.
Es decir, que los oficiales consulares tendrán más poder para determinar de forma discrecional si estos aplicantes serían una carga para el sistema de salud estadounidense.
Se trata de una medida que afectaría especialmente a aquellas personas con intenciones de residir permanentemente en Estados Unidos.
Dicho de otra manera, los oficiales podrán especular sobre los potenciales costos de atención médica asociados a enfermedades crónicas y si el aplicante cuenta con los recursos financieros suficientes para cubrir dicha atención “a lo largo de su vida sin recurrir a asistencia pública”.
Además de referirse a la diabetes, un padecimiento con el que vive alrededor del 10% de la población mundial, la obesidad, que señala que pueden causar asma, apnea del sueño y presión arterial alta, en su evaluación de si un inmigrante podría convertirse en una carga pública y, por lo tanto, se le debe negar la entrada.





