En julio de 2012 cinco cubanos se fugaron de su delegación durante el Centrobasket en San Juan, Puerto Rico. Doce años después, uno de ellos, Ysmael Romero, se presentó en La Habana por primera vez como jugador profesional y pieza clave en el triunfo del equipo nacional boricua sobre su antigua selección durante la segunda ventana de la FIBA Americacup.
Romero, 33 años, lideró la victoria 81-73 de Puerto Rico con 15 puntos y 14 rebotes en el Coliseo de la Ciudad Deportiva y tras el silbatazo final se fue a las gradas donde familiares y amigos lo vitorearon. Romero, a quien apodan «El Cubanazo» en su actual país, es oriundo de Santa Clara.
«Si les explico terminaré llorando de emoción, alegría, tristeza…sólo seguí el plan de Dios. Te amo Cuba, te amaré por siempre! Nunca olvidaré este partido, este día, este amor! escribió el delantero, de 6’8» de estatura, un texto que acompañó con una foto mientras compartía su júbilo con la «comisión de embullo» de su tierra natal.
El también jugador de los Mets de Guaynabo en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) boricua, recibió en 2021 el permiso de la Federación Cubana de Baloncesto para cambiar de nacionalidad tras varios años de residencia en la conocida como «Isla del Encanto».
Con el uniforme de Puerto Rico Romero ha disputado el Mundial de FIBA y los Juegos Olímpicos, entre otros torneos.
Con este triunfo los boricuas cortaron la racha de los cubanos, confirmaron su cosecha tradicional de éxitos sobre la Mayor de Las Antillas y en esta noche de lunes dieron un importante paso en sus aspiraciones de clasificar al AmeriCup 2025, que se llevará a cabo en agosto en Nicaragua.
Antes de su viaje a Cuba, Romero ya había anticipado que iba a ser «algo bonito».
“Lo que estoy planificando es que toda mi familia pueda verme. Salí muy joven de allá. Muchos tuvieron la oportunidad de verme como juvenil y ahora me van a ver como profesional, con años de experiencia. Espero que se lo disfruten y puedan ver lo que se ha logrado en la cancha, ahora representando a Puerto Rico, que me dio la oportunidad, y jugando en casa. Sin duda será emocional”, declaró según El Nuevo Día.
Romero desertó del seleccionado cubano en el 2012 y se estableció en Puerto Rico. Después de cumplir con varios años de residencia, se integró al baloncesto boricua, primero como jugador nativo en el BSN, y luego a la Selección Nacional desde el 2021, cuando la Federación de Baloncesto de Puerto Rico lo naturalizó ante la Federación Internacional con la autorización de la Federación de Baloncesto de Cuba.
Romero tuvo en el 2022 la oportunidad de jugar en Cuba, en una ventana FIBA, pero no logró a tiempo la documentación necesaria para ingresar al país. No hizo, por lo tanto, el viaje con la selección boricua. Sí pudo, sin embargo, posteriormente visitar su isla y a su familia, sin nada que ver con el aspecto deportivo, recordó la publicación
“Va a ser histórico, tanto para mí como para Cuba, porque han sido pocos los cubanos que han podido llegar allí de esta manera en que yo regreso: representando a otro país, en un deporte tan famoso como es el baloncesto. Hay muchas amistades en ese equipo de Cuba que fue convocado. Soy un profesional, pero no sé cómo mi cuerpo reaccione a esa experiencia. Simplemente voy a dar lo mejor de mí”, dijo.
Puerto Rico ahora tiene marca de 2-1 en el grupo D del torneo de clasificación al Americup donde junto con Cuba también figuran Estados Unidos y Bahamas. Romero recientemente también se convirtió en empresario al unirse a una compañía en Caguas especializada en postres.
Romero desertó en San Juan junto a Enrique Ramos, Leonel Batista, Juan Pablo Piñeiro y Yudniel Pérez durante un torneo que concedía cuatro plazas para un Premundial. Para volver a Cuba Romero debió cumplir una prohibición de ocho años sin regresar. El baloncesto es uno de los deportes más afectados por las fugas de talentos por diferentes vías.
Históricamente Puerto Rico ha sido una de las plazas favoritas para las escapadas de los cubanos. En los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en 1993 en Ponce, a 120 kilómetros de San Juan, más de 40 miembros de la delegación cubana, entre deportistas, entrenadores, árbitros, personal sanitario, periodistas y funcionarios, protagonizaron el récord de abandonos para una competencia, vigente hasta la fecha. A finales del próximo febrero Cuba jugará en el Coliseo Roberto Clemente para enfrentar al anfitrión Puerto Rico en lo que será la última ventana clasificatoria.
