Ya se hablaba que uno de los dos cubanos enrolados en la Serie Mundial podrían tener protagonismo pero nadie imaginó que sería a la manera como ocurrieron las cosas en el mismo primer juego entre las dos franquicias más populares y las mejores del campeonato.
El pitcher zurdo de los Yankees nacido en Batabanó y llegado a Hialeah con siete meses de nacido, Néstor Cortés, vivió este 25 de octubre la peor pesadilla de su vida. Su otro coterráneo, el novato Andy Pagés, quedó en la banca por los Dodgers.
Después de que Freddie Freeman, con bases llenas, pulverizó el primer lanzamiento que Cortés le lanzó en la parte baja de la décima entrada y le envió la pelota a 409 pies a la vibrante tribuna del jardín derecho del estadio angelino, el cubano quería que se lo tragara la tierra.
El ex ídolo de los Bravos de Atlanta, que se ha pasado la postemporada con cojera por culpa de un tobillo, convirtió la ventaja de una carrera de los Yankees de Nueva York en una victoria espectacular de 6-3 de los Dodgers.
El manager Aaron Boone sorprendió cuando llamó al cubano desde el montículo para terminar el juego. El zurdo de 29 años subía a la lomita por primera vez en 37 días luego de convencer a sus jefes que su codo había sanado y estaba listo para la primera línea de combate como era esta primera Serie Mundial desde 2009 para los Bombarderos del Bronx.
Era además para Cortés su segunda aparición como relevista desde 2021. Había lanzado una vez desde el bullpen esta temporada .Tres semanas después, se lesionó el codo y realizó su último lanzamiento de la campaña regular el 18 de septiembre en Seattle.
Antes de que sucediera la tragedia, había despachado en ese inning al mejor pelotero del mundo, el japonés Shohei Ohtani, a quien en su record personal lo había limitado a dos sencillos en 12 turnos al bate en sus enfrentamientos anteriores.
Frente al hombre que todos quieren evitar, Cortés respondió y con un sólo envío anuló a la superestrella nipona con un suave elevado hacia terreno de foul en el jardín izquierdo sobre el que Alex Verdugo realizó una espectacular captura pese a caer en el área de asientos del parque.
Sólo le restaba un out .Boone optó por llenar las bases al otorgarle una base por bolas intencional a Mookie Betts, lo que puso la carrera ganadora en posición de anotar, y mantener el enfrentamiento de zurdo contra zurdo con Freeman.
Ohtani había hecho swing al primer lanzamiento. Freeman también acertó pero a 149 km/h . Todavía andan buscando la bola.
Desafortunadamente para el cubano fue quizás uno de los más sombríos debuts que se recuerde en una Serie Mundial. Contra los malos augurios, Cortés intenta darse ánimos. «Todavía me queda mucho por hacer. Sé que voy a tener otra oportunidad «, declaró.
El histórico Grand Slam de Freeman y el festejo de los Dodgers en casa pudo no haber sido porque al abrirse la novena entrada, ya con dos outs, el venezolano Gleyber Torres dio un batazo que tenía destino de cuadrangular e inminente triunfo de los Yankees pero un fanático local interrumpió con su guante el curso de la pelota antes de que cayera en las gradas, pegada a la cerca.
Intervino el «VAR» del béisbol y los árbitros decretaron una polémica «interferencia del espectador»y lo que hubiera sido un crucial jonrón se convertiría en un doblete para Torres sin consecuencia.
Boone no escaparía de las críticas más allá de su apuesta por Cortés, porque muchos se preguntan este sábado por qué sacó a Gerrit Cole en la séptima entrada cuando sólo había permitido cuatro jits y una carrera en apenas 88 lanzamientos.
Uno de sus detractores públicos fue el ex campo corto de los Yankees, Derek Jeter. «Cuando tienes a alguien que está lanzando como lo estaba haciendo Cole, lo dejas tanto tiempo como puedas» le señaló con toda lógica a tenor del acontecimiento que se enfrenta como lo es la Serie Mundial.
Ojalá el drama psicológico no influya en los Mulos de Manhattan como «efecto dominó» hoy y en el resto del «Clásico» entre los dos equipos más legendarios del béisbol estadounidense.
