El caso de Heidy Sánchez, una madre cubana deportada recientemente desde Florida a La Habana, ha causado conmoción en medios internacionales y ha sido destacado por la cadena CNN como un ejemplo dramático de la política migratoria estadounidense actual. La historia, reportada desde Cuba por el corresponsal Patrick Oppmann, ha puesto rostro humano a las consecuencias de un sistema migratorio que, según denuncian abogados y activistas, está desmantelando familias por motivos políticos.
Sánchez, quien cruzó la frontera sur en 2019 en busca de asilo tras temer por su vida en México, fue detenida el mes pasado por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cuando acudió a una cita que sus abogados consideraban de rutina. Sin previo aviso, fue informada de que sería deportada de inmediato, separándola de su hija de 17 meses, nacida en EE.UU., y de su esposo, ciudadano estadounidense también de origen cubano.
“Llamen al padre para que venga a buscarla, usted se queda aquí”, le dijeron, según relató la propia Sánchez a CNN. Desde entonces, vive en una casa en ruinas a las afueras de La Habana, sin acceso estable a electricidad ni señal telefónica. “Tengo que sacarme la leche que debería alimentar a mi hija y botarla a la basura”, confesó entre lágrimas. “Eso me destroza”.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha rechazado las acusaciones de que se le impidió llevarse a su hija, alegando que ofrecieron alternativas y que priorizan el bienestar infantil. Sin embargo, su abogada, Claudia Cañizares, sostiene que la deportación fue realizada de forma deliberadamente acelerada para impedir cualquier intento legal de frenarla. “Fue un proceso opaco y cruel”, denunció.
Mientras tanto, en Tampa, su esposo lucha por lograr una reunificación que, según Cañizares, podría tardar años. El caso ha generado reacciones políticas, como la de la congresista demócrata Kathy Castor, quien calificó la deportación como una “acción ilegal” por parte de la administración Trump.
Sánchez, separada de su bebé, afirma que el dolor es diario. “Estoy sufriendo, pero sé que mi niña sufre más”, dijo. Aunque su familia está solo a 90 minutos en avión, hoy ese breve trayecto parece una distancia insalvable.
Aparte de CNN, otros medios como The Guardian, NBC News, Fox 13 y El País también han abordado el caso, revelando nuevos detalles y profundizando en la dimensión humana y política de esta separación forzada.
The Guardian informó que la niña, quien sufre problemas de salud y continúa siendo amamantada, fue entregada a una abogada mientras su padre esperaba fuera sin poder despedirse. El medio británico señala que la madre pidió que la menor la acompañara a Cuba, pero las autoridades se negaron, a pesar de que ambos padres estaban de acuerdo en mantener a la familia unida.
NBC News recogió que Heidy Sánchez tuvo que subirse al techo de la casa en Cuba para obtener señal y poder enviar una canción de cuna a su hija, a quien apenas puede ver por videollamada. Sánchez relató al medio que su hija “solo dice ‘mamá, mamá, ven’”, y que el dolor la mantiene sin poder dormir por las noches. La niña, según dijo Carlos Valle, el padre, ha sufrido regresiones emocionales y convulsiones desde que su madre fue deportada.
Por su parte, Fox 13 Tampa Bay entrevistó a Valle, quien denunció que su esposa había cumplido con todos los requisitos legales y que estaba en proceso de regularización por reunificación familiar. “Mi esposa nunca rompió la ley. Siempre asistió a todas sus citas con ICE”, explicó. También aseguró que lo ocurrido fue una “tragedia inesperada” y que su hija llora cada noche pidiendo a su madre.
El diario español El País destacó el trasfondo emocional del caso, describiendo cómo la pequeña Kailyn gritaba «mamá» mientras se le colocaban electrodos en la cabeza en una consulta neurológica en Tampa. También reveló que Sánchez fue deportada junto a otras siete mujeres en un vuelo que llevó a Cuba a 82 personas, el cuarto vuelo de deportaciones de ese tipo en lo que va de año. El medio también apuntó que la familia vendió su vivienda en Cuba para emprender la migración en 2019 y que la orden de deportación se basó en una cita migratoria que Sánchez no pudo cumplir por amenazas en México durante el programa “Remain in Mexico”.
La congresista Kathy Castor, que ha acompañado el caso desde el inicio, envió una carta al presidente Trump solicitando la revisión del proceso, al que calificó de “cruel, ilegal y contrario a los valores estadounidenses”. Mientras tanto, la defensa legal de Sánchez evalúa la posibilidad de solicitar parole humanitario, aunque admite que las opciones son limitadas y podrían demorar años.
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