Las fuerzas del Ministerio del Interior (Minint) desmantelaron en Pinar del Río una red delictiva dedicada al robo de vehículos, principalmente pertenecientes a entidades estatales. Según informó este domingo el periódico Granma, la banda estaba integrada por individuos provenientes de la provincia de Artemisa, quienes se desplazaban hacia el occidente del país para cometer los delitos y luego comercializar los medios sustraídos en otros territorios.
El mayor Osniel Miranda Curbelo, segundo jefe de la Unidad Provincial de Investigación Criminal y Operaciones (UPICO), detalló que los ladrones actuaban con un patrón bien definido: identificaban vehículos de uso estatal estacionados en zonas poco vigiladas, los sustraían durante la noche y, una vez en su poder, los trasladaban hacia Artemisa o Mayabeque para revenderlos o desmantelarlos en piezas.
Entre los equipos recuperados por las autoridades se encuentra un camión V-8 de la Empresa Agroindustrial de Granos Los Palacios, cargado con yuca en el momento del robo. “El conductor hizo una parada en su casa, y los delincuentes aprovecharon para sustraer el vehículo”, relató Miranda Curbelo.
El grupo también logró llevarse un jeep perteneciente a la Empresa de Transporte Agropecuario, en el poblado de Herradura, y otro vehículo similar de la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos, en Consolación del Sur. En ambos casos, los conductores habían dejado los autos parqueados cerca de sus viviendas. “Forzaron las puertas y sacaron los cables del chucho para arrancarlos”, explicó el oficial.
Las acciones de la banda no se limitaron al sector estatal. En Consolación del Sur robaron además una moto Jawa perteneciente a una institución pública, y en la ciudad de Pinar del Río sustrajeron un automóvil Lada 1600 particular, estacionado en plena vía pública.
Una vez cometidos los delitos, los vehículos eran trasladados hacia Artemisa y otras provincias, donde la red intentaba colocarlos en el mercado negro. De acuerdo con la investigación, el camión fue localizado en el municipio de Nueva Paz, en Mayabeque; el auto Lada fue vendido en La Habana; uno de los jeeps fue comercializado en Artemisa y el otro fue desarmado en piezas para su reventa.
El oficial aseguró que los compradores de estos medios eran plenamente conscientes de la procedencia ilegal de los vehículos. “El objetivo era modificarlos para poderlos utilizar o tomar partes y piezas y revenderlas, para obtener mayores ganancias”, precisó Miranda Curbelo.
Hasta el momento, once personas enfrentan procesos penales vinculados al caso. Siete de ellas han sido identificadas como autores directos de los delitos de robo con fuerza y hurto, mientras que las restantes serán juzgadas por receptación.



















