El Día de los Inocentes no perdonó a nadie este 28 de diciembre, y como era de esperar, las bromas inundaron las redes sociales. Pero entre todas las ocurrencias, hubo una que se llevó el premio a la más viral y polémica: la supuesta «llegada» del dúo Buena Fe a Miami, anunciada por CubaNet. ¿El resultado? Risas, indignación y hasta un par de discursos políticos inesperados.
El titular “Buena Fe abandona la Isla y se muda a Miami: ‘Queremos comenzar de cero’” encendió las alarmas de seguidores y detractores por igual. Según la broma, Israel Rojas y Yoel Martínez habían decidido dejar Cuba “con la conciencia tranquila” para explorar nuevos horizontes artísticos en la ciudad del sol. La publicación afirmaba que los músicos, conocidos por su fidelidad al discurso oficialista, estaban buscando “crecer musicalmente” en un contexto de mayores oportunidades.
La reacción del dúo Buena Fe: de «inocentes» nada
No pasó mucho tiempo para que los propios Israel Rojas y Yoel Martínez respondieran en sus redes sociales. En un tono que oscilaba entre la indignación y el sarcasmo, desmintieron la noticia y, de paso, aprovecharon para reivindicar su postura política. “El pájaro se conoce por lo que defeca”, apuntaron en una publicación de Facebook, calificando la broma como un intento desesperado de CubaNet por llamar la atención.
Por supuesto, no podían faltar las contradicciones típicas. Mientras aseguraban tener «respeto» por los emigrados cubanos, volvían a culpar al «criminal bloqueo» por las penurias de la Isla. ¿Y los comentarios? Una mezcla de aplausos de sus simpatizantes y críticas feroces de cubanos exiliados.
Uno de los comentarios más populares vino de Liu Navarro, quien señaló con puntería: “¿Quiénes son los incompetentes que ustedes sufren? ¿El gobierno comunista y genocida que ustedes defienden?”. Pero también hubo mensajes de apoyo, como el de Abel Tejada Núñez, quien envió un “saludo revolucionario” desde República Dominicana. Como siempre, Buena Fe logró polarizar opiniones.
La polémica trasciende fronteras
Aunque todo comenzó como una broma, la noticia ficticia fue tomada con humor ácido por muchos cubanos en Miami. «Si Buena Fe llega a instalarse aquí, les damos una cálida bienvenida… pero en Hialeah, para que sientan el calor completo», comentó en tono burlón un usuario en Twitter.
Incluso el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) parecía estar preparado para intervenir, seguramente en defensa de sus «agentes culturales». Recordemos que en años anteriores, Buena Fe ya había enfrentado boicots a sus conciertos en España, con cancelaciones y protestas que llegaron a describir como “actos de corte fascista”.
En esa línea, no faltó quien recordara las palabras de Israel Rojas, cuando afirmó que los exiliados buscan «miamizar cualquier lugar en que la cultura cubana quiera florecer». Ahora, con el anuncio ficticio de su mudanza, la ironía era tan evidente como inevitable.
Día de los Inocentes: tradición y revuelo
No solo Buena Fe protagonizó las bromas del día. Desde la supuesta exportación de basura de La Habana a Suecia que publicó Oncuba Magazine, hasta Yunior García Aguilera alertando con una nueva “salida” desde Lavapiés por no haber sido incluido en el listado de los cubanos del año; o la «amenaza» por parte del ¿ex? activista Héctor Luis Valdés Cocho de estafar de nuevo en represalia porque Árbol Invertido nominó a Lázaro Mireles y no a él, entre los cubanos del año, a pesar de haber sido él quién más sonó entre los cubanos durante el pasado mes de noviembre, el Día de los Inocentes fue un festín de creatividad e incredulidad. Pero ninguna otra broma logró el impacto de esta “mudanza” de Buena Fe, que puso a todos a hablar, ya sea para reír, criticar o recordar las polémicas pasadas del dúo.
Lo curioso es que «la broma» sucedió en horas muy cercanas a la «visita» – debido a un accidente – de Israel Rojas al hospital Calixto García.
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Aunque la noticia fue desmentida rápidamente, algunos vieron en la broma un guiño a la posibilidad de que incluso figuras del oficialismo podrían un día abandonar el barco. Otros simplemente disfrutaron del caos que generó. Al final del día, lo único seguro es que Buena Fe sigue en Cuba, cantando loas al régimen, mientras en Miami las risas continúan resonando. ¿Quién será el próximo objetivo del Día de los Inocentes? Solo el tiempo lo dirá.
¿Broma o reflejo de las realidades?
Si el Día de los Inocentes es una fecha para bromas, ¿qué decir cuando la propia realidad cubana parece un chiste mal contado? Entre noticias ficticias y hechos reales que rozan el absurdo, la jornada del 28 de diciembre de 2024 quedó marcada por dos eventos aparentemente opuestos: la viral broma sobre la supuesta mudanza de Buena Fe a Miami y el nombramiento del escritor oficialista Abel Prieto como Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales. Ambos, en el fondo, terminan por fundirse en una misma sátira del estado actual de las cosas.
Mientras la ficticia “llegada” de Buena Fe a Miami hacía carcajear a unos y enfurecer a otros, Abel Prieto recibía su flamante título académico, otorgado por la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca. Un título que, más que un honor, parece un trofeo a la censura cultural y a su militante cruzada contra cualquier expresión artística que no encaje en el molde oficialista. Si alguien necesitaba un ejemplo de ironía involuntaria, este doctorado es la respuesta.
Prieto, convertido en una suerte de gran inquisidor cultural, es ahora Doctor Honoris Causa. No por su contribución a la literatura o la gestión cultural en el sentido amplio y universal, sino por su defensa a ultranza de una narrativa oficial que encadena la cultura al discurso del régimen. Las palabras de Yorki Mayor, rector de la universidad, sobre los «notables aportes» de Prieto a la cultura y la identidad nacional, suenan más a un guion reciclado de propaganda que a un verdadero reconocimiento académico.
¿Qué aportes pueden considerarse notables en alguien cuya carrera se ha dedicado a dinamitar cualquier espacio independiente? Prieto ha sido uno de los más fervientes defensores de la censura, un arquitecto de campañas contra artistas y escritores que se atreven a disentir. Desde acusaciones al PEN Club francés hasta su fobia manifiesta hacia proyectos como el Festival de Cine INSTAR, su legado es más un catálogo de represiones que de contribuciones culturales.





