Después de estas declaraciones a Bebeshito le dirán «El Misionero del Reparto».
La pregunta de Enrique Santos parecía inofensiva: ¿podría Bebeshito cantar otro género que no fuera reparto? La respuesta, sin embargo, abrió un hilo de debate que confirma cuánto polariza el fenómeno repartero dentro y fuera de Cuba.
En un clip difundido por Yadiel Vicet Armas —quien recordó a su audiencia que también comparte “todas las novedades de la farándula cubana” en su canal de YouTube—, el artista (Bebeshito) dejó claro que no se moverá de su zona de impacto.
“Yo puedo hacer otro género, pero tengo una misión con el reparto”, vino a decir, aludiendo a una especie de compromiso con el momento que atraviesa y con el público que lo ha sostenido hasta aquí.
El propio Bebeshito argumenta que no busca “la vía fácil” de desplazarse hacia un reguetón o un dembow “que es lo que normalmente se hace”, y prefiere atraer a otros a su terreno para que el reparto “siga” y se afiance; dice estar en “un buen momento” y sentirse él mismo llamado a empujarlo. La declaración, más allá del gesto de fidelidad a un nicho, funciona como un manifiesto artístico: mantenerse en una estética que, para sus defensores, tiene identidad de barrio y, para sus detractores, peca de fórmula y pobreza lírica.
La reacción, por este motivo, fue inmediata. En los comentarios, una parte del público celebró que “defiende en vivo lo que graba” y que su éxito prueba conexión con la calle.
Otros, en cambio, los más, desmontaron la épica de la “misión”: cuestionaron su versatilidad, acusaron dependencia del autotune y descalificaron el reparto como “vía fácil”. Otros incluso le pidieron a Enrique Santos que le preguntara por otros artistas, los históricos, para demostrar su pertenencia a la música. Hubo quien, además, dijo desconocer que Bebeshito era gago.
¿Es gago en realidad o es que con tan sencilla pregunta se la pusieron dura y no sabía que iba a responder? Lo dicho, del modo que fue dicho, en una especie de trabalenguas, demuestra que Bebeshito no está preparado para hacer gala de un discurso coherente en una entrevista.
Desde el “es más fácil para un buen cantante hacer reparto que al revés” hasta el “no puedes porque no sabes”, el hilo del post navegó entre la crítica técnica y la burla, con alusiones a la dicción, la repetición de métricas y el alcance real de sus colaboraciones. También hubo comparaciones con figuras como El Chacal que, según los usuarios, transitan sin trauma por balada, bachata o salsa.
La defensa del artista, en cambio, apela a un relato de pertenencia: una “misión” con su público y con el género que lo hizo viral, en un ecosistema donde la atención se sabe volátil.
La discusión, en el fondo, no es nueva: ¿es el éxito la vara que decide lo artístico o el repertorio, la voz y la escritura siguen importando por sí mismas? Por ahora, Bebeshito marca cancha: si hay cambio, será para que otros entren al reparto, no para que él salga.
La realidad, sin embargo, parece saberse, porque «canciones» de él, o «a capellas» de él en conciertos, sin autotune detrás, han circulado por las redes y el resultado es cuando menos, lamentable.





