Un grupo de 328 turistas rusos quedó varado en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana luego de que un vuelo de la aerolínea Rossiya sufriera un retraso de más de 28 horas debido a una avería técnica. El incidente, ocurrido el pasado 20 de enero, dejó a los pasajeros en una espera prolongada que incluyó falta de información, comida y agua en la zona de tránsito.
El vuelo 6850, que tenía como destino Moscú, estaba programado para despegar a las 9:00 a.m. Sin embargo, problemas en la turbina del Boeing 777-31H impidieron el despegue. Aunque el defecto técnico fue reparado, el horario de trabajo de la tripulación expiró, lo que obligó a posponer aún más la salida. Además, por la noche, la falta de abastecimiento de alimentos complicó la situación.
Ante el prolongado retraso, los pasajeros fueron trasladados a un hotel en La Habana, según informó la aerolínea. Rossiya aseguró que la medida cumplió con el Reglamento Federal de Aviación, aunque los afectados manifestaron su malestar en redes sociales, denunciando la falta de comunicación por parte de los representantes de la compañía aérea.
Este incidente es un reflejo de los desafíos que enfrentan las aerolíneas rusas en vuelos internacionales. Desde la imposición de sanciones por la invasión de Ucrania, el mantenimiento de las aeronaves fabricadas por Airbus y Boeing —que representan el 80% de la flota rusa— se ha complicado por la falta de repuestos.
Aunque Cuba es uno de los pocos destinos internacionales que mantienen vuelos regulares con Rusia, las averías frecuentes y la escasez de aviones han afectado la confiabilidad de las aerolíneas del país euroasiático. Según la agencia RIA Novosti, se espera que el vuelo salga hacia Moscú tras las 9:00 p.m. del 21 de enero, aunque el descontento entre los turistas ha dejado claro que los problemas logísticos y técnicos continúan siendo un obstáculo significativo para el turismo ruso.
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