Xalapa se quedó en silencio un momento antes del aplauso. En el Hospital Civil “Dr. Luis F. Nachón” y en actos públicos organizados junto a autoridades sanitarias, colegas y la comunidad cubana en Veracruz, se rindió guardia de honor y tributo póstumo a la doctora Zunilda Torres Rodríguez, especialista en Medicina Física y Rehabilitación, cuyo fallecimiento repentino fue confirmado por la Embajada de Cuba en México el 30 de septiembre. La sede diplomática expresó “profundo pesar” y anunció el acompañamiento consular a la familia, incluida la repatriación.
El homenaje tuvo un doble registro: el institucional y el íntimo. En el primero, autoridades del sistema de salud mexicano —entre ellas directivos del IMSS-Bienestar y de los Servicios de Salud de Veracruz— reconocieron la labor de la médica, quien integraba la brigada cubana y prestaba servicios en el Nachón.
Medios locales verificaron que la profesional murió mientras cumplía su turno y que, de inmediato, se activaron los protocolos correspondientes; su nombre y especialidad quedaron asociados a la atención cotidiana de pacientes crónicos y a la rehabilitación, un frente donde su equipo la describía como “pilar” por su entrega.
En el registro íntimo, la comunidad cubana en Xalapa, en coordinación con el Consulado de Cuba en Veracruz, organizó una guardia de honor que reunió a compañeros de trabajo, amigos y pacientes. El mensaje fue sencillo y contundente: “honrar la memoria de una gran profesional”.
Las publicaciones en redes sociales —con fotos de la despedida y crespones negros— muestran a colegas con batas blancas, banderas y coronas, y a representantes de salud estatales presentes en el acto. El Consulado compartió imágenes del tributo, mientras cuentas comunitarias e institucionales de Veracruz replicaron el gesto.
La noticia trascendió rápidamente a la prensa mexicana y a medios de la diáspora, que recogieron el dato esencial: falleció de forma súbita mientras laboraba en el hospital. Aunque no se han difundido causas oficiales, el relato público subraya la prontitud del apoyo consular a la familia y la coordinación con autoridades mexicanas para los trámites de ley. Portales nacionales apuntaron, además, que el programa de médicos cubanos en México —del que la doctora formaba parte— movilizó a sus equipos para acompañar los homenajes y facilitar la repatriación.
Desde Cuba y otros países, colegas de brigadas médicas enviaron condolencias y mensajes de respeto. Perfilaron a Zunilda como una profesional “alegre, humana y muy entregada”, y multiplicaron los adioses con etiquetas de cooperación sanitaria. Ese hilo de duelo atravesó fronteras: páginas de brigadas en Venezuela, perfiles de médicos y pacientes, y grupos de comunidad cubana sumaron notas de pesar y fotografías que dan cuenta del impacto personal de su ausencia, más allá de la estadística fría de un comunicado.
En Xalapa, el eco quedó también en la calle. Durante una jornada comunitaria de salud, el director del hospital pidió un aplauso en su memoria; un gesto breve que condensa la cercanía que generan los servicios públicos cuando tienen rostro. En medios y redes se repitió el mismo refrán: “Gracias, doctora”. La cobertura corroboró que el deceso ocurrió el lunes 29 de septiembre, en el turno de trabajo, y que las instituciones priorizaron informar a la familia antes de hacer públicos más detalles, detalló el medio La Jornada.





