Un nuevo hecho de violencia estremeció a la ciudad de Holguín el pasado 19 de julio. Ángel Ramírez, un anciano de 73 años, fue asesinado brutalmente dentro de su propia vivienda en el reparto Vista Alegre. El crimen ocurrió tan solo dos días antes de que cumpliera 74 años. La comunidad, consternada, clama justicia mientras se multiplican las denuncias por el creciente deterioro de la seguridad ciudadana en Cuba.
Según el testimonio de una familiar directa —recibido a través del canal de WhatsApp de Reporte Cuba Ya—, Ángel se encontraba cocinando en su casa alrededor de las 7:00 p.m. cuando fue sorprendido por un hombre que irrumpió violentamente. El agresor, identificado como Carlos Alberto Cuello, alias “Polo”, golpeó al anciano con saña en el rostro hasta dejarlo inconsciente. Luego, ya en el suelo, le fracturó la nariz a puñetazos y lo asfixió. El motivo: robar una bicicleta cubana, un pequeño balón de gas y un teléfono móvil marca Redmi.
El horror de este asesinato no solo radica en la violencia desmedida, sino en la aparente indiferencia de las autoridades judiciales. Según la denunciante, que pidió el anonimato por temor a represalias, a Cuello se le estaría solicitando solo 10 años de prisión, con la posibilidad de reducir la condena a la mitad.
“¿Cómo es posible que después de matar a un ser humano esté a punto de salir tan fácil?”, se pregunta con angustia.
Sin embargo, tal preocupación puede resultar apenas un rumor, ya que dada la cercanía temporal con el atroz hecho cometido, es demasiado pronto para especular siquiera con un pedido fiscal. Probablemente la información de los «diez años», sea apenas un comentario, no sin fundamento, relacionado con el hecho de que ante crímenes cometidos, las condenas suelen ser benévolas en ocasiones. Sobre todo cuando se trata de figuras colaborantes del régimen.
La captura del presunto asesino fue posible gracias a la colaboración ciudadana. Una madre alertó a la policía tras notar que su hijo había comprado una bicicleta sospechosa esa misma noche. Cuello fue detenido mientras se ocultaba debajo de su cama en una vivienda cercana, también en Vista Alegre. Al momento del arresto, llevaba consigo varios de los objetos sustraídos y, según la denunciante, también los llamados “famosos papelitos”, insinuando conexiones que podrían facilitarle impunidad.
Las imágenes compartidas muestran a Ángel Ramírez como un hombre entrañable, rodeado de niños y seres queridos. “Buen padre, amigo, abuelo, tío, hermano, hijo incondicional”, lo describen.
Ninguna de las dos páginas oficialistas que en Facebook se dedican a exhaltar los logros de la PNR y del MININT en la provincia, Cazador Cazado y Realidades desde Holguín, han hecho aún referencia a este lamentable hecho.
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